EL SALÓN DE ACTOS DEL ACUARTELAMIENTO MILITAR ACOGIÓ AYER LA ENTREGA DE LA DISTINCIÓN QUE OTORGA EL CENTRO SEGOVIANO DE MADRID, QUE RECOGIÓ SU PRESIDENTE Y CRONISTA OFICIAL DE RIAZA, ANTONIO HORCAJO

La Academia de Artillería recibió ayer en un acto celebrado en el propio acuartelamiento militar de la calle San Francisco de Segovia el Premio Manuel González Herrero de Fidelidad a la Tierra, por su amor y dedicación a la ciudad de Segovia. El galardón, que concede el Centro Segoviano de Madrid, coincide con la celebración del Memorial Manuel González Herrero, en el aniversario de su muerte.

El presidente del Centro Segoviano de Madrid y cronista oficial de Riaza, Antonio Horcajo, dedicó unas emotivas palabras a la Academia de Artillería, tras la lectura por parte del secretario, del acta en el que se aprobó la concesión del Premio Manuel González Herrero a la Academia, que fue recogido por el general director de la misma, Alfredo Sanz y Calabria.

“Sois la gloria de España, el orgullo de Segovia. Sois el gozo fraterno del pueblo”, afirmó Antonio Horcajo, que a lo largo de su discurso incidió en la simbiosis existente entre la ciudad y la Academia, que este año cumple el 250 aniversario de su ubicación en Segovia. “Esa conexión ha sido permanente y eterna, una fidelidad demostrada que hoy reconocemos con esta premio”, apuntó.

La Academia de Artillería se fundó como institución académica militar en 1764 como Real Colegio de Artillería en el Alcázar de Segovia, en tiempos del rey Carlos III a iniciativa de Félix Gazola, su primer director. Es la academia militar más antigua del mundo en activo. Está destinada a la enseñanza de formación, estudios de perfeccionamiento y adiestramiento en simuladores, para oficiales, suboficiales y tropa del arma de artillería.

Horcajo destacó la integración del centro militar desde su fundación, y su entrega generosa y eficaz con Segovia y los segovianos. “La Academia es un órgano vital para Segovia, es una célula de la vida de los segovianos. Y entre ellos, Manuel González Herrero, que nos enseñó a amar a Segovia, su grandeza no olvidada a lo largo de los siglos, como un pueblo sano y viril de Castilla”, manifestó el presidente del Centro Segoviano. En este sentido, recordó que Manuel González Herrero siempre vivió junto a la Academia, “y tenía devoción por este centro, como algo vital”.

“Dos siglos y medio son mucho tiempo para que haya una simbiosis perfecta entre el pueblo llano, el ausente y los artilleros, porque son hijos adoptivos de Segovia. Este premio supondrá un honor para ustedes, que han demostrado con creces su gratitud hacia Segovia. Los segovianos nos sentimos identificados, vuestra fidelidad nos llena de emoción”, subrayó Horcajo.

También argumentó la concesión del galardón en “lo mucho y bien que ha ofrecido el prestigioso centro de instrucción militar a Segovia y a los segovianos”. “Y ello no solo desde las aulas o de los campos de prácticas, sino desde la convivencia humana que tanto ha enriquecido a las dos partes. Es pues, una ocasión propicia para poner de manifiesto nuestra gratitud hacia quien ha sido leal con lo nuestro, de tal manera que de ellos también es, pues, con orgullo, llevan por el mundo su categoría de segovianos adoptivos”, concluyó Antonio Horcajo.

Apertura al mundo

Uno de los hijos de Manuel González Herrero, Juan Pablo González, agradeció en nombre de la familia al Centro Segoviano de Madrid el premio creado con el nombre de su padre, “de una institución ejemplo de fidelidad a Segovia y a la obra de Manuel González Herrero. La perseverancia en el afecto y el compromiso supone esa fidelidad”. Según pensaba y actuaba su padre, “la fidelidad no parte de una visión estrecha y provinciana, sino de la apertura a España y al mundo. Una mente abierta hace un mundo más justo, y la Academia de Artillería también ha hecho gala de ese espíritu, al ser un centro abierto a la ciencia militar”.

Fuente: http://www.eladelantado.com/