UNA CONFERENCIA DE LA CRONISTA OFICIAL JOSEFA SANZ SOBRE LA VILLA PORTUARIA INAUGURA LA EXPOSICIÓN FILATÉLICA, QUE PRESENTA TRECE COLECCIONES EN LA CASA DE CULTURA

«Aumentar la afición por el sello para que la filatelia siga siendo una fuente inagotable de cultura es el objetivo de Exfiavilés 2015», señaló José Ramón Rumoroso, presidente del Grupo Filatélico Avilesino, organizadores de la exposición que ayer abrió sus puertas en la Casa de Cultura. La muestra filatélica que estará acompañada de un amplio programa de actos -mesas redondas, visitas guiadas, coloquios y un concierto de la Coral Avilesina- tuvo como puesta de largo una conferencia de María Josefa Sanz Fuentes. La cronista oficial de la villa habló de «Avilés, villa y puerto» ya que Exfiavilés dedica la presente edición al centenario de la Autoridad Portuaria.

En su intervención, la profesora de la Universidad de Oviedo señaló que «no se puede concebir Avilés sin el puerto; ambos son inseparables», dijo para hacer un repaso ágil y ameno a la historia de los muelles desde la Edad Media. Centró sus palabras en el aspecto comercial más que pesquero y apuntó cómo muchas fortunas de apellidos que emparentaron con la nobleza nacieron con el comercio.

Una parte importante de su discurso versó sobre la importación y la exportación. De la primera destacó la sal, «que era una regalía, un derecho real». Llegaba de Francia, Portugal y Santa María, en Andalucía, comentó para añadir que también se importaba bacalao de Bilba o telas de Francia. Incluso contó que a Avilés llegó en barco procedente de Inglaterra el retablo de alabastro de la capilla de los Alas.

En cuanto a los productos que exportaba el puerto citó varios: clavazón para Bilbao, madera para Portugal y lana. «Durante un tiempo se pensaba que la lana de Castilla salía de Laredo, pero también lo hacía de aquí. Llegaba por la calzada de la mesa. En Avilés se mantenía comercio con la feria de Medina de Rioseco, de donde se traía lana merina. Venía por el puerto Pajares e iba para Francia, de ahí que aquí hubiera una aduana real para la lana», detalló la cronista.

Fuente: http://www.lne.es/ – Carolina G. Menéndez