POR ANTONIO LUIS GALIANO, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA
El hombre a lo largo de la Historia, cuando la distancia física era un imponderable, ha necesitado de su imaginación para poderse comunicar, Para ello, en el lejano oeste, tal como nos lo ha mostrado siempre las películas de este género, los indios, utilizando una fogata y una manta se avisaban de la proximidad de un convoy de caravanas para atacarlas, o bien para ponerse en sobre aviso de la llegada del Séptimo de Caballería. Lo cierto es que con ese lenguaje conseguido con el humo de mayor densidad logrado con leña húmeda, podían enviarse mensajes de más o menos complejidad, e incluso codificado.
Pero este sistema de comunicación mediante señales de humo, no sólo es privativo de los sioux, sino que para la Iglesia Católica, durante el cónclave para la elección de un nuevo Papa, el sistema es el mismo, pero menos sofisticado. De tal manera que si la elección es infructuosa, desde la Capilla Sixtina, quemándose las cédulas de la elección, mezcladas con clorato potásico, latosa y colofonia, la ‘fumata’ conseguida es negra, con lo cual se anuncia a los católicos que los cardenales tienen que volver a votar. Sin embargo, si la elección ha dado su fruto, dichas papeletas junto con paja húmeda al ser quemadas, la ‘fumata’ es blanca. Con lo cual, ‘habemus papam’.
Esta forma de comunicación que como hemos indicado, la conocemos como señales de humo, y no hay que confundirla con aquella asociación de aficionados y accionistas del Club Atlético de Madrid que lleva dicho nombre; podríamos considerarla como ancestral. Sin embargo, con el tiempo, el hombre ha ido utilizando otros sistemas como el que le facilitaba el correo escrito a través de cartas, postales, o bien el telégrafo, e incluso el teléfono. De todos ellos, vamos a centrarnos en la utilización de la postal como medio de comunicación y que al franquearse sin ensobrar dejaba completamente al aire el secreto epistolar. Con lo que este medio de comunicación escrita era utilizado para temas, en la mayor parte de las veces, sin trascendencia.
En Orihuela, en las colecciones de postales dedicadas a los colegios de Santo Domingo regido por los jesuitas y de Jesús María, nos encontramos muchas de ellas escritas por los alumnos a sus familiares, o por algún hijo de San Ignacio a sus conocidos. E incluso, desde otras tierras servían a éstos para mantenerse en contacto con amigos de Orihuela. Así, el 13 de julio de 1914, utilizando una postal con la imagen del altar mayor de la iglesia del Sagrado Corazón de los jesuitas de Barcelona, el padre Luis Martí que había residido en el Colegio Santo Domingo desde 1902 a 1908, se dirigía a Carmen Pérez Miralles, hermana de mi abuelo materno, en estos términos: «Muy estimada Carmen: perdone V. que sea tan breve mi contestación a su carta por S. Luis; pero hoy he acabado los ejercicios y mañana salgo por unos días antes de hacerlo definitivamente para Madrid. No quiero con todo dejar de ponerle dos letras para felicitarla por su próximo día. Y sabe V. que no les olvido y pido al Señor y a la Sm. Virgen que les conceda cuantas gracias desean que les conceda en especial al alivio su madre».
Otras veces, aun a pesar de que el asunto pudiera ser delicado, como la dirección espiritual, era empleada este sistema. Este es el caso del padre Francisco Muedra, que residió en Orihuela en dos temporadas (1910-1911 y 1916-1920), que mediante una postal con la imagen de la iglesia del colegio, fechada el 21 de agosto de 1910 se dirigía a Francisco Rocher Juliá, Guillén de Castro, 86. 2º de Valencia, diciéndole: «Muy estimado Paco: He recibido tu carta que te agradezco y que me da a conocer la determinación del P. Rector, la cual creo ser muy acertada, aun cuando no sea tan de tu gusto. Procura tú ahora conservarte bien en medio de los peligros que te rodearán y cumplir los propósitos que hiciste en los Ejercicios. Para que mejor los cumplas procuraré ayudarte con mis oraciones. Saludos a tus papás, a Vicente, a Marín y a los PP. del Colegio». Años después, utilizando una postal en la que se representa un ‘Trozo de huerta con alumnos de la 3ª Brigada’, el padre Juan Bautista Juan Suasi, que habitó en el colegio de Orihuela entre 1894 y 1914, se ponía en contacto el 6 de agosto de 1913, con Daniel Miquel de Valencia, para rogarle que se pusiera en contacto con él lo antes posible, sobre algunas preguntas que le había efectuado sobre la instalación eléctrica que se pensaba realizar.
Pero lo usual era transmitir mensajes intrascendentes como el que Ramón, le dirigía el 5 de febrero de 1911, al «Sr. Dn. Luis Martínez Carbonell, en Lonja de Caballeros, 8 de Alicante». Utilizando para ello, una postal con el ‘Patio de la 1ª y 2ª Brigada con varios alumnos’, diciendo: «Mi querido sobrino Luisín: no se me olvida que el día 7 cumples 5 años y te escribo para darte los días. Te desea cumplas 50 más tu tío».
Hoy con todo esto de los correos electrónicos y whatsapp, la cosa se ha complicado, al menos para mí, aunque me gustaría saber cómo los sioux, mediante las señales de humo, le hubieran transmitido el mensaje del tío Ramón al jovencísimo señor Luisín.
Fuente: http://www.laverdad.es/