«UNA HUELLA IMBORRABLE», SEÑALÓ UNO DE SUS COLEGAS, EL SUBDIRECTOR DEL REAL INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS Y CRONISTA OFICIAL DE PILOÑA, ANDRÉS MARTÍNEZ VEGA
La capilla del tanatorio Los Arenales se llenó ayer para despedir al historiador, exsacerdote y arqueólogo Vicente José González García, que falleció anteayer a los 94 años de edad. Nació en Boo (Aller) en 1925 y en Quirós lo nombraron hijo adoptivo más tarde; pero también fue un amante de la ciudad de Oviedo durante toda su vida, donde ejerció como archivero de la Catedral de San Salvador y sembró la discordia entre sus colegas hace 35 años cuando advirtió del posible origen romano de la capital del Principado. Es decir, anterior al siglo VIII, algo que ahora ya es aceptado por la inmensa mayoría y que supuso una revolución en la materia.
Su hija, Belén González Collado, también historiadora, apenas pudo articular palabra tras la emotiva ceremonia, que finalizó con una efusiva gaita ofreciendo con solemnidad el ‘Ave María’. «Estoy demasiado emocionada», admitió, sin apartarse ni un segundo de su madre, Elda María Collado Valle.
Los Arenales reunió a la familia y los amigos de González. No faltó el exalcalde socialista Antonio Massip, que relató cómo se montó «un follón enorme» cuando se publicó ‘Oviedo antiguo y medieval’, donde González García señalaba al núcleo primitivo de Oviedo como el plomo negro al que Plinio llamó ‘Iovetano’ y que nacía en una tierra que llevó el nombre de ‘Ovetum’ en tiempos romanos.
«Un gran sabio»
«Era uno de los grandes sabios de Oviedo», declaró el que fuera regidor del municipio entre 1983 y 1991. «Aunque sus tesis ya estén mayoritariamente aceptadas, es necesario que la ciudad vuelva a desempolvar ese libro y compararlo con la cara más contemporánea de Oviedo», relató. «Fue polémico, pero necesario; me alegro enormemente de que se publicase», sentenció Massip.
González García fue en vida defensor a ultranza del Camino Primitivo, al que dedicó una buena parte de sus trabajaos, y presidió la Asociación Interregional de Amigos del Camino de Santiago Alfonso II el Casto. «Una huella imborrable», señaló uno de sus colegas, el subdirector del Real Instituto de Estudios Asturianos y cronista oficial de Piloña, Andrés Martínez Vega.
«Me unía una bella amistad con Vicente, salvando, claro está, la distancia generacional. Fue un arqueólogo notable y planteó unas líneas de investigación en Asturias del máximo interés», abundó Martínez Vega. «Uno de nuestros grandes puntos de unión fue el descubrimiento de los caminos de Santiago; su trazado viario es inigualable», matizó.
Fuente: https://www.elcomercio.es/ – A. A.