POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
“Nadie construya muros con los sentimientos”, dijo el Rey en el Campoamor, en referencia a los catalanes separatistas. La frasecita se las trae porque es muy precaria la paz entre el sentimiento y la razón; el sentimiento lo adaptamos a las necesidades de la moral y, aunque constituye el principio del pensamiento, transige malamente con los términos medios y puede convertirse en una valla electrificada cuando lo expresamos sin tapujos; sentimiento y convicciones van de la mano, con el sentimiento creamos dogmas, hacemos bodas, formamos familias y lazos que parecen nudos. Abandono, agonía, alarma, angustia, animadversión, ansia, antojo, añoranza, apatía, apego, apetito, asco, avaricia… son sentimientos, y muchos de ellos se inventan e inculcan. Detesto a los artistas, por no decir a los políticos, que tienen una gran obra destructora por delante y, más que al óleo, pintan paisajes al odio.
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