POR ANTONIO HERRERA CASADO, CRONISTA OFICIAL DE LA PROVINCIA DE GUADALAJARA
En el corazón de la provincia de Guadalajara, yace un testamento arquitectónico que ha resistido el paso del tiempo y ha sido testigo de siglos de historia: el Castillo de Cifuentes. Este majestuoso monumento, que celebra su 700 aniversario en el presente año, fue erigido por la mano del influyente infante don Juan Manuel, señor de la villa, cuya visión perdura en las imponentes murallas de esta fortaleza.
El origen de esta impresionante estructura se remonta al siglo XIV, cuando el infante don Juan Manuel, una figura clave en la Edad Media española, decidió levantar un castillo que reflejara su poder y prestigio en la región. La construcción, que comenzó en el año 1324, se convirtió en un símbolo de la nobleza y la estrategia militar de la época.
El diseño del Castillo de Cifuentes destaca por su arquitectura defensiva, con altos muros, torres imponentes y un foso que testimonia la necesidad de protegerse de las amenazas exteriores. Este monumento no solo fue un bastión militar, sino también una residencia señorial que albergaba la corte del infante y servía como centro de poder y administración.
A lo largo de los siglos, el Castillo de Cifuentes ha sido testigo de numerosos eventos históricos. Desde batallas medievales hasta conflictos posteriores, la fortaleza ha resistido los embates del tiempo, consolidándose como un símbolo de la resistencia y la durabilidad. Su arquitectura gótica, sus salones señoriales y sus impresionantes vistas panorámicas han cautivado a generaciones de visitantes, transportándolos a una época en la que la diplomacia y la guerra se entrelazaban en la vida cotidiana.
La importancia del Castillo de Cifuentes trasciende sus muros de piedra. Es un monumento que encarna la riqueza cultural e histórica de Guadalajara, una joya que conecta el presente con un pasado lleno de intrigas, hazañas y evolución social. La celebración de su 700 aniversario no solo conmemora la longevidad de esta construcción monumental, sino que también destaca la relevancia de preservar y aprender de nuestro patrimonio.
En honor a esta efeméride, el Ayuntamiento y las asociaciones culturales de la villa ha organizado una serie de eventos y actividades que permitirán a los visitantes sumergirse en la historia viva del Castillo de Cifuentes. Visitas guiadas, representaciones teatrales y exposiciones temáticas ofrecerán una experiencia única para aquellos que deseen explorar los recovecos de esta joya arquitectónica.
El Castillo de Cifuentes sigue siendo un faro de la historia medieval española, recordándonos la importancia de preservar y apreciar nuestro legado cultural. Al celebrar su 700 aniversario, honramos no solo la memoria del infante don Juan Manuel, sino también el espíritu resiliente de una construcción que ha desafiado el olvido y se mantiene erguida, imperturbable, en el corazón de Guadalajara.
El castillo de Cifuentes está construido en fuerte y toscamente labrada piedra caliza. Su forma es cuadrangular, presentando entre sus muros, y en las esquinas, varias torres que le dan un aspecto de irreductibilidad y soberana potencia. De ellas, una es cilíndrica, la del nordeste, y pentagonal la del homenaje, situada a sudeste, con escalera de caracol que asciende hasta su altura. Esta fortaleza tiene única entrada a través de dos arcos apuntados que se abren en la torre que media el muro de poniente. Sobre uno de ellos aparece tallado el escudo de su constructor. En el interior, y tras pasar angosto zaguán, se ve el vacío patio con otras puertas de paso a las torres, en algunas de las cuales se conservan estancias abovedadas. Recientemente se han iniciado tareas de reconstrucción y limpieza de sus ruinas, habiendo sido consolidada su Torre del Homenaje preservándola de su progresiva ruina.