POR HERMINIO RAMOS PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

La última letra del alfabeto es la nuestra, y eso nadie lo plantea ni lo discute. Pero si eso es pura lógica para la gramática, no es lo mismo para la historia y aún menos para la geografía.

El primer ejemplo que tenemos a mano es la N-630, una carretera varias veces milenaria que debería haber estado en las primeras filas de la actualización viaria y sin embargo es la última. No nos queda otro remedio que consolarnos con el célebre dicho «más vale tarde que nunca», o si lo desean mejor «mal de necios consuelo de tontos».

Hoy llegan los rumores de la N-122, esa vía trasversal clave de Zaragoza a Oporto. Aunque solo fuera por olvidar desprecios y olvidos, además por la imperiosa e histórica felonía contra nuestro oeste que adquiere la actualidad que el momento exige, máxime cuando sobre ellos pesa la tradición y el testimonio de aquel Carlos III que trazó, marcó y delimitó esa ruta. Esos de siempre quieren darle vueltas y revueltas, no se sabe bien si para llevarla por Andorra, por Gibraltar, o si se quiere cambiar el curso del Pisuerga. Son tantos los olvidos de indicadores por el sur y por el norte, que nos hace pensar que de olvidos nada, hay una clara decisión de humillación y desprecio claro y condenable que debe tener una justa reclamación, ante la rigidez de esa línea negra pero permanente que parece estar marcada por el meridiano del alfoz toresano.

Andamos muy sobrados de frases y definiciones demasiado grandilocuentes que dicen poco o muy poco cuando las llevamos a la realidad, mientras que estamos dejando cosas, aspectos y problemas urgentes a las que no se les dedica la menor atención.

Esperamos que ese número de zamoranos asentados en las orillas del dormido Pisuerga hagan llegar su voz allí donde duermen todos esos proyectos que solo sirven y valen cada cuatro años para salir del paso.

Gracias a esa Raya viva, queda una ligera esperanza. Que los aficionados al senderismo y a la geografía, comiencen a vivir y a fomentar ese sendero que abandonaron las fuerzas de ambos lados a lo largo de siglo y medio desde la Marra de los Tres Reinos desde el Duero. Esperamos que muy pronto se inaugure esa senda como recuerdo de lo que fue y así resulte más cómodo esperar el milagro de la 122.

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/