“HAY UN NIVEL DE ACTIVIDADES QUE SE HACEN EN SIGÜENZA LOS FINES DE SEMANA ESPECTACULAR Y DURANTE TODO EL AÑO. HAY GENTE AQUÍ EN SIGÜENZA QUE ORGANIZA INCLUSO ZARZUELAS O FESTIVALES DE JAZZ, MÁS AHORA QUE SIGÜENZA HA RESCATADO LA RONDALLA Y SUS DULZAINEROS”, COMENTA PILAR MARTÍNEZ TABOADA, CRONISTA DE LA CIUDAD
Hablar de Sigüenza es dibujar una ciudad episcopal y universitaria que evoca inmensas e influyentes figuras de nuestra historia y nuestro arte como fueron los cardenales Mendoza y Cisneros.
Visitar Sigüenza es casi traspasar un túnel espacio-tiempo que atraviesa la España de los celtíberos, los romanos, los visigodos y los árabes hasta la Reconquista. La ruta bien puede comenzar por el Castillo, un palacio fortaleza del siglo XII convertido en parador turístico y que vigila toda la ciudad desde arriba.
Brujulear por las calles de la Ciudad del Doncel te hará chocar con una judería y una morería, con tiendas de artesanía medieval y casas que esconden tesoros arqueológicos bajo el suelo.
Parada obligada es la catedral de Santa María de Sigüenza, una maravilla del siglo XII que fue remodelada en los siglos sucesivos y ornamentada hasta entrado el siglo XVIII. Los estilos románico y gótico conviven en su interior mientras que en el exterior es custodiada por dos murallas de los siglos XIV y XVI. Una maravilla.
Este año ha sido elegida capital del turismo rural 2017 según el portal Escapada Rural, un referente en el sector. “Lo primero que te viene en mente es no defraudar a los viajeros y visitantes que vengan. Nuestra oferta cultural y turística es un espejo de lo que somos” narra Oscar Hernando, concejal de turismo de Sigüenza. Y es que este pequeño impulso nos descubre un paraíso en la Sierra Norte de Guadalajara.
SIGÜENZA: DE LA TRADICIÓN A LA MODERNIDAD
La gastronomía de Sigüenza se ha despertado gracias a dos grandes visionarios. Por un lado gracias a su desaparecido cronista, Juan Antonio Martínez Gómez-Gordo, que fue quien rescató esa cocina tradicional de la voz de aquellas “guisanderas” de antaño.
El turismo cultural va unido en Sigüenza a su gastronomía, y esto lo convirtió en axioma. Aunque siempre ha habido turismo, en los 60 la gente viaja a Sigüenza a pasar el día y comer allí, lo que hizo que la oferta gastronómica de Sigüenza se disparase y convirtiese a la ciudad en un destino de veraneo a tener en cuenta.
A partir del año 2000 aproximadamente, Siguenza experimenta una evolución de la cocina tradicional hacia una más sofisticada, El motor de la innovación gastronómica tiene un segundo nombre: Santos García Verdes, hijo mayor de Estefanía Verdes, empresaria del Restaurante La Granja, fallecido hace cuatro años en un trágico accidente.
Conquistó el primer premio del certamen de tapas medievales hasta en cinco ocasiones y fue el que animó al reconocimiento de los que están detrás en la gastronomía, los que no se ven.
En memoria suya la familia decidió seguir su labor, apostando por la imaginación en los fogones. “Se trata de imaginar cosas. Un recordatorio de algo que has vivido y que decides transmitirlo a través de la cocina”, comenta una emocionada Estefanía. Y es que Santos era un dinamizador social nato, muy activo en diversas asociaciones y que quiso que cada plato y cada tapa tuvieran detrás un mensaje o un homenaje a ese trozo de su corazón llamado Sigüenza.
JOYA GASTRONÓMICA DE LA SIERRA NORTE DE GUADALAJARA
En la actualidad, conviven unos 30 establecimientos de hostelería, con incipiente cultura de vermú. Asadores, bares de tapas, restaurantes tradicionales o modernos bistró conforman la oferta, como asegura Enrique Pérez, empresario del restaurante El Doncel y cuarta generación de hosteleros: “Esta oferta tan variada es lo que nos hace ser diferentes y ser una alternativa como potencial turístico. Respetamos mucho el producto regional, cuidando los recursos de la zona y recuperando algunos que casi habían desaparecido”.
De no haberse renovado la gastronomía, en Sigüenza hace años que no encontraríamos más que asadores, y esto no es así. Elementos autóctonos perdidos como la trucha o el cangrejo de río reaparecen en los restaurantes con nuevas creaciones que redefinen recetas de más de un siglo de antigüedad. Lo mismo sucede con las migas, el cabrito o los torreznos.
No faltan productos de temporada como las setas en sus jornadas micológicas o la caza, muy presente en toda ciudad medieval que se precie. Si vuestro destino es Sigüenza para finales de septiembre y primeros de octubre, será fácil encontrar harinosas en sus pastelerías, unas empanadas rellenas de uva negra muy típicas de la Sierra Norte de Guadalajara.
Y un reclamo fabuloso es su Fino Seguntino, una refrescante bebida conseguida de la mezcla de gaseosa, vermú y cerveza. En los años 60, un torero seguntino llamado Paco Berlanga “El Fino”, llegó a Casa Anguita y pidió algo para paliar la sed.
El tabernero, le hizo un combinado con lo que había: vermú, sifón y cerveza. Lo mezcló con un poco de hielo y un chorro de cerveza y de ahí surgió la idea. En la actualidad se pide muchísimo en la hora del vermú y es reclamo gastronómico.
CUATRO RECOMENDACIONES GASTRONÓMICAS
1- Restaurante Nöla (Plaza de San Vicente, Casa del Doncel). Una de las opciones más vanguardistas de la ciudad, que llega de la mano de Jorge Maestro. Escabechados, bacalao e incluso un salmorejo con centollo se puede encontrar en la carta. Ideal para los amantes del slow food.
2- Alameda Tapas Gastrobar (Paseo de la Alameda, 2). Uno de los templos del Fino seguntino. Ideal para los amantes de las barras de pinchos. Trabajan mucho el perdigacho (anchoas de primera calidad en una tosta de pan con tomate natural y ali oli). Habitas con chipirones, tostas de pulpo, tostas de solomillo… Se pone a reventar.
3- Restaurante La Granja (Ctra. Sigüenza a Medinaceli, km 5’9). El Alma de Santos García sigue guiando las manos de su madre Estefanía en las pedanías. La Granja ofrece migas, asados y escabechados que han cambiado y se han adaptado a los nuevos paladares. Este año han hecho un matahambre en una nueva versión con una pera forrada en hojaldre a modo de puchero.
La tapa de oreja a la miel con aroma de tomillo es un imprescindible a día de hoy. Es una tosta de pan que se pasa por la plancha con una reducción de vinagre balsámico e infusión de tomillo con la miel y la oreja con ajo y perejil descansando por encima.
4- Calle Mayor (calle Mayor, 21). Perfecto para los turistas que viajan en familia y para los amantes del vino. En su menú degustación se puede disfrutar de una carrillera o de un cochinillo digno de cualquier banquete medieval. Su trato al cliente es sencillamente excepcional.
UN DESTINO TURÍSTICO PARA LOS MÁS EXIGENTES
Sigüenza apostó en su día por restaurar el parador. Cuando llega el boom de las casas rurales, se rehabilitan también algunas casas que estaban perdidas y se da vida a las pedanías.
Esa nueva oferta permite que haya mucha cobertura de hospedaje durante todo el año, incluyendo fiestas y eventos especiales. Sus rincones pintorescos empujan a muchas parejas a dar el sí, quiero en la localidad, muy conocido como destino nupcial.
La ciudad del Doncel tiene muchas tradiciones de arraigo medieval. Los “Armaos” en Semana Santa o su Certámen de pinchos y tapas medievales dan fe de ello. Los amantes de la naturaleza podrán recordar en el valle del río Dulce a un Félix Rodríguez de la Fuente entre águilas, que fue donde grabó.
“Hay un nivel de actividades que se hacen en Sigüenza los fines de semana espectacular y durante todo el año. Hay gente aquí en Sigüenza que organiza incluso zarzuelas o festivales de jazz, más ahora que Sigüenza ha rescatado la rondalla y sus dulzaineros”, comenta Pilar Martínez Taboada, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y actual cronista de la ciudad.
TRES LUGARES PARA HOSPEDARSE
1- Para sibaritas. Sin duda la mejor elección es el Parador de Sigüenza, un hotel Castillo del siglo XII con todo lujo de comodidades,. Los que prefieran tener todo aún más a mano, pueden optar por el hotel Casa del Doncel (P. de la Alameda, 3).
2- Para los que alargan estancia. Sigüenza está repleta de casas rurales, entre las que podría destacarse las de Top Medieval (Travesaña Alta, 5) en pleno centro de Sigüenza. Son perfectos para los que quieren sentir la historia bajo sus pies.
3- Para parejas y amantes del buen comer. La posibilidad de desplazarse a una pedanía, sentir la naturaleza y comer como nunca es posible en lugares como el Mirador de Alcuneza (Camino de la Ermita s/n).
DATOS PARA CURIOSOS
– Sigüenza es conocida por su artesanía botera. Las botas de vino son una verdadera maravilla. Es curioso para una localidad que no produce uva autóctona En San Juan los vecinos de la localidad se reúnen para hacer unos arcos de flores y colocarlos por las calles.
– Algunos trajes de la serie Isabel de TVE están expuestos en su catedral.
– En Sigüenza se han preocupado por ayudar a los refugiados de diferentes conflictos, favoreciendo su integración en el entorno social y laboral.
– En el Museo de Sigüenza tienen un libro encadenado. Preguntad por qué.
– La Iglesia de Santiago, ante la negativa del gobierno, tiene que ingeniárselas para conseguir financiación para reconstruirla y apadrina nada más y nada menos que sus sillares.
– En la catedral, desde la Plaza Mayor, mirando hacia la Torre del Gallo, se observan en la última ventana sobre todo disparos de la Guerra Civil.
– La universidad de Sigüenza terminó siendo un colegio universitario que dependía de la universidad de Alcalá de Henares hasta su clausura en 1837. Eso no les ha frenado para celebrar este año el V Centenario de la muerte de Cisneros.
Fuente: http://www.traveler.es/