POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Me choca la pesca sin muerte, devolver el pez al río, intacto, acaso asustado y herido su orgullo. El domingo se inició la temporada de pesca sin muerte, del salmón, pero con tan poco éxito que los aficionados prefirieron la trucha sin regreso, la trucha con jamón. Es ejemplar, no obstante, la modalidad «sin muerte»: pescar, pero devolver la presa al agua, vivita y coleando; cazar, pero a besos, hacerse la foto con el león y adiós muy buenas; robar y reponerlo, motu proprio, con intereses; casarse, pero que nuestra pareja siga libre, con habitación propia, y hacer la guerra sobre un tablero de ajedrez, donde las fichas se comen de mentirijillas, el rey se ahoga y no muere, y el jaque mate lo deja intacto para otra partida. ¿Cómo sería el fútbol sin muerte?, ¿sin descensos de categoría? ¿Cómo sabrá un gocho vivo? No sé, prefiero truchas con jamón.
Fuente: http://www.lne.es/