POR JOSÉ MARÍA SUÁREZ GALLEGO, CRONISTA OFICIAL DE GUARROMÁN (JAÉN)
Ni que decir tiene que la primera peculiaridad que exhibe Guarromán al viajero que la visita es su propio nombre, el cual suscita, al menos, en quien lo oye por primera vez, el esbozo de una sonrisa sin malicia, y tal vez las más descabelladas elucubraciones sobre su significado. Poseer un nombre de chocante sonoridad, como es el caso de Guarromán, y estar ubicado junto a la muy transitada autovía de Andalucía, donde tantas oportunidades hay de exhibirlo, supone ante todo, más que un reto para un investigador de historia local, un acicate más para dar a conocer a los cuatro puntos cardinales que tras este peculiar topónimo se esconde un bello, cuando no poético, significado.