POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIODAS (ASTURIAS)
Según encontramos en el archivo de nuestro Ayuntamiento de Parres, en el año 1915 se llevó a efecto el saneamiento de la parte central de Arriondas y -en 1920-, se inauguró el abastecimiento de agua. Con estas obras la villa quedó en buenas condiciones higiénicas, salvo algunos barrios a los cuales no pudo entonces extenderse la mejora por razones económicas. En 1926 se construyeron las alcantarillas, las cuales partían desde el terraplén que había junto a la estación del ferrocarril. Un ramal formaba un ángulo y seguía por la calle de la escuela de la época y desembocaba en la que llamaban “Calleja del Ayuntamiento”. El tramo que se saneó iba desde la calle situada detrás de la propiedad de la Sra. viuda de Abarca hasta el barrio de La Sala. La memoria que recoge todos los detalles, dibujos, planos, cuentas, perfiles, informes, etc. es amplísima y reúne en la voluminosa carpeta que la alberga todo lo referente a este tema.
Vemos, por ejemplo, cómo en 1929 se llevaron a término las obras de abastecimiento de agua a los barrios de La Peruyal, Corral de Abajo (así se cita) y Castañera. El colector recorría el barrio de La Peruyal y de Abajo, cruzaba la ería de la Noceda y desembocaba en el Río Chico. La intención era que, más adelante, recogiese las aguas de El “Castañeu”. El dinero se acabó y aunque El “Castañeu” era cruzado por un colector, no se pudieron hacer las obras de recogida y conducción de aguas hacia el mismo. Lo mismo ocurrió en la calle Ramón Inocencio del Valle, la cual precisaba modificar el rasante de la misma, demasiado bajo, y dar salida a las aguas residuales de los pocos edificios que tenía. El presupuesto de la ejecución material de estas obras era de 4.442,91 pts. -siendo el de su ejecución por administración de 4.798,34 pts. y, por contrata, de 5.153,77 pts.- El ingeniero Guillermo Coll presentó todos los protocolos y desgloses de obra necesarios para concluir los saneamientos y así lo firmó en Arriondas el 15 de octubre de 1931. Al final salió a subasta por un importe de 3.357,69 pts., dado que, a las 5.153,77 iniciales, se restaron 1.796,08 pts. de las obras de la calle Ramón del Valle, que no se ejecutaron.
Curioso resulta que -ésta última anotación-, está escrita en el reverso de una papeleta de citación para el alistamiento de un mozo nacido el 20 de abril de 1915 en Cereceda. Como el mozo Joaquín M. C. residía en Cuadroveña con sus padres, la citación viene dirigida al alcalde de Parres desde la “Alcaldía Constitucional de Infiesto”, bajo el escudo de la II República, la cual se había proclamado casi cuatro años y medio antes.
¿Cuál podría ser la historia de esta persona puesto que debía incorporarse a filas en el siguiente reemplazo, y la citación está firmada el 26 de septiembre de 1935?
Porque lo que ocurrió a partir de julio de 1936 -y durante los años siguientes-, sabemos que fue la mayor tragedia colectiva del siglo XX en España. Además, esta anotación lleva fecha posterior -en cuatro años- a la de la presentación del presupuesto y subasta de las obras arriba citadas; porque, según documento de don Enrique de la Grana Valdés, secretario del Ayuntamiento de Parres durante cuarenta y cinco años, se aprobó el proyecto el 26 de octubre de 1931, pero no se remitió al Presidente de la Comisión Sanitaria Provincial hasta el 3 de mayo de 1934. Lleva el visto bueno del alcalde don Joaquín Corral, el cual había ganado las elecciones en el municipio como cabeza de la lista republicano-socialista.
El 7 de julio de 1934 Fernando Blanco Santamaría, Gobernador Civil Presidente (así se denominaban en la época republicana), firmó el proyecto de las obras complementarias para los barrios de La Peruyal y de Abajo. Dos anotaciones más. Una es que este Gobernador negaba ante los periodistas -en esas mismas fechas-, los intensos rumores que circulaban en el sentido de que se estuviese preparando un movimiento revolucionario en Asturias. Los hechos lo desmentirían tres meses después. Otra anotación es que el citado Gobernador le dio un toque de atención al Ayuntamiento parragués al devolverle el proyecto aprobado, indicando que: “…el Ayuntamiento incurre en responsabilidad por no estar el proyecto reintegrado con arreglo a la Ley del Timbre”. No dejaban suelto ningún cabo; hasta se especificaba cómo debían señalarse las zanjas si quedaban abiertas durante la noche, “rodeadas de una cuerda bien sostenida e indicando la zanja con un farol”. Otra vez se aprovecha la cara posterior de un documento en el que estaba anotada una acreditación sobre un procesado, por ser un contribuyente que no pagaba los impuestos de sus fincas.
Don Amador Llano Corral, nuevo alcalde hasta julio de 1936 -que había sido concejal desde el 14 de abril de 1931, firmó el 2 de noviembre de 1935 el expediente definitivo. Se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia cinco días después y en él se hacía constar que la obras deberían comenzar a los quince días de notificada la adjudicación y terminarían en el plazo de cuatro meses, con multa de cincuenta pesetas diarias si no se terminaban en dicho plazo.