POR JOSÉ LUIS GÓMEZ BARCELÓ, CRONISTA OFICIAL DE CEUTA

Hoy me han consultado sobre la historia de Cruz Roja y sus hospitales en Ceuta. El primero de ellos fue el que había sido Hospitalito de Jesús, María y José. Se construyó como fundación para atender a cautivos y rescatados y lo regentaban los Trinitarios. Cuando se produjo la exclaustración definitiva, en 1835, el Arzobispado de Toledo, que era su propietario, lo cedió al Ministerio de la Guerra para atender a los desterrados y penados de la Ciudad y en 1911, cerrado el penal, quedó en desuso. Cruz Roja lo solicitó, pero los estatutos de la fundación impedían su cesión a una entidad privada, por eso lo pidió el Ayuntamiento quien luego lo cedió a la Cruz Roja.

Aunque querían inaugurarlo en marzo de 1918, con la presencia del secretario de la Reina Victoria Eugenia, se abrió en octubre, a prisa y corriendo, ante la falta de camas debida a la gripe. La reforma fue importante y a ella siguieron otras hasta su cierre definitivo, en 1969, para ser sustituido por el levantado sobre el solar de las antiguas Balsas de la Ciudad.

Su fundación fue un empeño de un grupo de mujeres de Ceuta entre las que destacaron Teresa del Pino y Matilde Baragaña, esposas de los comandantes generales Milans del Bosh y Álvarez del Manzano, Juana Díez, madre del que fuera secretario del Ayuntamiento Emilio Lorenzo Díez y la duquesa de la Victoria, todas ellas homenajeadas con el nombramiento de hijas adoptivas de Ceuta. Todo bajo la protección de la reina Victoria Eugenia, a quien se le nombró hija adoptiva y predilecta.