POR MANUEL PELÁEZ DEL ROSAL, CRONISTA OFICIAL DE PRIEGO DE CÓRDOBA Y MIEMBRO HONORARIO DE LA REAL ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE CRONISTAS OFICIALES
El pasado jueves 22 de junio la Real Academia de Córdoba celebró la solemne sesión de clausura del curso 2022-2023, presidida por el Dr. Cosano Moyano y la Junta Rectora de la Corporación en su sede provisional del Salón de Columnas del Edificio Pedro López de Alba, sito en la calle Alfonso XIII.
Tras las palabras de bienvenida del Presidente, dio lectura el Secretario a la nómina de personalidades que habían excusado y justificado su ausencia, para acto seguido entregar el primero al Ilmo. Sr. D. Julián García García, académico numerario de la Sección de Bellas Letras, una acreditación por haber cumplido medio siglo pertenencia a la Corporación. A continuación, doña Lucía Aguado de la Torre, primer premio del concurso de interpretación de mujeres compositoras, ofreció un concierto de piano con piezas de Ravel y Rachmaninov, siendo a su término muy aplaudida.
Inmediatamente y a cargo del secretario y académico numerario de la Sección de Ciencias Morales y Políticas, Dr. Medina Morales, tuvo lugar la laudatio del también Numerario y antiguo Director de la Corporación, Dr. Manuel Peláez del Rosal, como merecido homenaje a su trayectoria profesional y académica, texto que se anexa al acta.
Correspondió después el homenajeado con la contestación a la enumeración de sus méritos con un breve discurso que tituló “El Derecho (El paro y las “costumbres holgazanas cordobesas”) en el Boletín de la Real Academia de Córdoba y mi paso por ésta”, exponiendo que sería muy prolijo recensionar todas las colaboraciones jurídicas en la expresada publicación, que reservaba para el próximo número del Boletín. Se ciñó por ello a dos muy significativas, la primera en el tiempo de la que fue su autor el académico ecijano don Adolfo Chércoles Vico, aparecida en el número 35 (año 1932) con el título “Remedios contra el paro forzoso”, y la segunda a los trabajos sucesivos incluidos en el órgano de expresión de la Academia, sobre las enunciadas “costumbres holgazanas cordobesas”.
El primero titulado “Los gananciales y la mujer cordobesa: influencias recíprocas de nuestro derecho histórico y del derecho hispano-musulmán”, aparecido en el número 51 (año 1944) del académico don José Luis Fernández de Castillejo que sostuvo la tesis de constituir una infiltración del derecho hispano-musulmán en nuestro derecho histórico.
El segundo del también jurista académico don José Valverde Madrid, publicado en el año 1984 (Boletín número 106) titulado asimismo “Las costumbres holgazanas cordobesas”, que aportó el texto íntegro de una Real Provisión de 1801, suscitada por el diputado del común de Córdoba el riojano don Blas de Codes, que anuló la supuesta ley, costumbre o estilo, aplicando en su consecuencia a las mujeres cordobesas la participación de los bienes gananciales adquiridos durante el matrimonio, como se practicaba en las de Castilla y León.
El tercero del académico, perteneciente a la Sección de Ciencias Históricas, don Miguel Muñoz Vázquez, incluido en el Boletín de 1992 (número 123) con el rótulo “Los bienes gananciales de las esposas en los reinos de Córdoba, Toledo, Granada, Valencia y otros de España, mal interpretados en Córdoba como “Las costumbres holgazanas”, en el que concluía que no sólo en Córdoba, sino también en otros reinos, como el de Valencia, regía la costumbre de que las esposas o viudas no gozaran de los bienes gananciales.
Y finalmente el académico homenajeado aludió a tres trabajos más, uno de la doctora doña Soledad Gómez Navarro, académica correspondiente por Montilla, y catedrática de Historia Moderna de la Universidad de Córdoba, que lo ha incluido en su palmarés científico dentro del Proyecto Encrucijada de mundos: Identidad, imagen y patrimonio de Andalucía en los tiempos modernos con el título “Costumbres holgazanas», familia y trabajo femenino: Córdoba en el Antiguo Régimen”; otro de Antonio Gómez Alfaro “La derogación de las «costumbres holgazanas de Córdoba «una victoria feminista” inserto en las Actas del II Congreso de Historia de Andalucía (1995), y otro de Gema Pérez del Villar Herranz, titulado “Las costumbres holgazanas de Córdoba” (Ediciones Electrónicas de la Universidad de Málaga) que concluye que éstas surgieron en el siglo XIII, siendo lo más fácil asimilarlas al derecho musulmán, tanto por la coincidencia territorial de aplicación como por la cercanía temporal al Califato de Córdoba o la similitud con el contenido de las instituciones semejantes de este derecho, si bien apostando por que la influencia entre ambas civilizaciones fue meramente cultural, nula en el plano jurídico, por mucho que, a través de la aplicación de los preceptos de la escuela Malikí, el derecho islámico en España se interpretara según la filosofía del Derecho Hispanorromano existente en la península.
Con tales antecedentes bibliográficos, y considerando que el tema aún no está agotado, el Dr. Peláez concluyó manifestando que los últimos estudios, no de civilistas, sino de historiadores del derecho, se han inclinado más por el origen romano de las famosas Costumbres Holgazanas, como una prolongación de lo que fue el peculio castrense, respecto a la privacidad masculina de los bienes castrenses adquiridos o heredados, práctica ya recogida en el Líber Iudiciorum y en el Fuero Juzgo y aplicada en Castilla sin ninguna traba.
Las últimas palabras las dedicó el homenajeado a retribuir la laudatio de su amigo y compañero el Dr. Medina Morales, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Córdoba, y a resaltar las secuencias más significativas de su propio cursus honorum académico: correspondiente en Barcelona (1972) y Córdoba (1982), y numerario dentro de la Sección de Ciencias Morales y Políticas (1987), y director de la Corporación desde 1989 a 1992.
Durante este último periodo -manifestó- se ordenó la biblioteca y archivo, se pusieron las bases para acometer el programa de salidas a la provincia (enero de 1991 Lucena, febrero del mismo año Zuheros, febrero de 1992 Rute, La Rambla, y escapadas a Madrid (la Zarzuela) y a Sevilla -la Expo- en este mismo año), homenajeando a Góngora y a los Patios con sendos cuadernos de grabados, y celebrando unas Jornadas sobre Protección del Patrimonio histórico-artístico con la colaboración de la Fundación Areces, así como al desatasco del Boletín (números 114 a 122), la negociación de la cesión de la sede del edificio con el Monte de Piedad y el Ayuntamiento y la creación de un clima de compañerismo y unión, en el que tuvo un importante papel como mediador y mecenas don Baldomero Moreno Espino, nombrado académico de honor, distinción con la que nuestra Casa también honró a S.M. la Reina doña Sofía de Grecia.
Finalizó su parlamento el Dr. Peláez del Rosal ponderando la labor del actual Presidente de la Corporación, el Dr. Cosano Moyano, gracias a quien ahora disfruta nuestra Academia –puntualizó- de una merecida Edad de Oro, por sus fecundas sesiones participativas, sus numerosas colecciones de publicaciones iniciadas en su nueva línea editorial (Jaén Morente, Borja Pavón, José de la Torre y del Cerro, García Moreno, Rafael Castejón, Ramírez de las Casas Deza, Rafael Cabanás, Ricardo de Montis, Ramírez de Arellano, Miguel Ángel Orti Belmonte, Académicos en el recuerdo, Cordobeses de ayer y hoy, Cordobesas de ayer y hoy, Periodistas de ayer y hoy, Médicos de ayer y hoy, La ciudad y sus legados históricos y un largo etc.), su espíritu de compañerismo y su bonhomía sin límites, haciendo votos para que “este Curso 2022-2023 que ahora concluye sea una página más del inconmensurable libro de su inveterada Historia, y prólogo de nuestra vuelta a Casa, sí, la que aún resiste milagrosamente en pie en la calle Ambrosio de Morales”.
FUENTE: M.P.DEL R.