POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Voy mucho al cine y en los anuncios previos a la película veo el de la ONCE, donde una joven invidente practica surf en la playa, la asturiana Carmen López; es anuncio prestoso, anima a salvar barreras, porque todos las tenemos, además de las que inventamos; pero me rechina un pequeño fallo de estilo cuando, para concluir, entiendo que obligada por el libreto, dice Carmen en off, o quien la doble: “Porque la libertad no se ve con los ojos, se siente con el corazón”. Lo de “no se ve con los ojos” es oxímoron fácil y redundancia, y lo de “se siente con el corazón” cursi y lugar común. El corazón late, es maquinal; sentimos con los sentidos, con la sabiduría y con la imaginación. De optar por esa línea publicitaria, un punto grandilocuente y barata, yo concluiría: “Porque la libertad no se ve, se siente”. Pero todos, todos, vivimos limitados; yo recomendaría pertinacia en el conocimiento y arrojo en la fantasía.
Fuente: https://www.lne.es/