POR HERMINIO RAMOS PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
Nació en Brime de Sog, esas nobles tierras de nuestra provincia, por donde la inmortal Roma marcó esa vía, ese itinerario XVII que impregnó tan nobles tierras de espíritu de vida cultural que sus gentes heredaron, gentes como sor Asunción Uña Juárez.
Cursó bachillerato en el colegio del Amor de Dios y terminado este ingresó en el noviciado de la orden pasando esta etapa de su vida entre Toro y Zamora, dos auténticas referencias que impregnan su vida y su espíritu vocacional de limpísimas raíces que la llevan a seguir las lenguas clásicas, como no podía ser menos, en la Pontificia de Salamanca. Otra carga de historia moldeará y enriquecerá su espíritu abierto y generoso hacia el aula, esos santuarios del saber a veces tan olvidados como maltratados.
Terminada esta etapa, el colegio de Puebla de Sanabria será su primera experiencia, quedando marcado muy claramente el espíritu de entrega generosa y puestas sus miras a los pies de esa cruz que nos sirve de guía y nos señala la senda limpia y atractiva de cada día sin rémoras ni atajos.
Y de Puebla de Sanabria a Verín, para desde esta saltar a Alcorcón y rematando en este final su trilogía, la misma que marcó siempre su vida, vocación firme y segura, fe arraigada desde sus orígenes y entrega en ese día a día del aula y de las responsabilidades propias hasta la llegada de la enfermedad que la apartó del aula su auténtico señorío.
Y volvió a su casa de antaño donde recogió toda la atención, cariño y cuidados de hermana hasta la partida definitiva, rodeada del dolor de toda partida pero acompañada de ese amor que despierta la verdadera en todos los que esperan y esperamos su llegada en paz.
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