POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)

Al finalizar, todos los años se efectuaba la subasta del periodo legislativo del año siguiente; cuyo arriendo confiaba el Ayuntamiento al mejor postor. En dicha subasta se le ponía precio a los siguientes apartados: paso de la barca, pesas y medidas, puestos de venta públicos y degüello de reses en el matadero público del año siguiente.

Dado que no hubo postores -por carecer de dinero para efectuar la obligada fianza-, el Ayuntamiento en la sesión plenaria del día 15 de diciembre de 1903, acordó que se adjudicara en las mismas condiciones del año anterior.

El Alcalde Antonio Tomás Sandoval, como portavoz de toda la corporación municipal, hizo recaer dicha concesión en Miguel Torres Martínez, haciendo oficial dicha concesión del año 1904, desde ese mismo día 15 de diciembre de 1903.

A pesar de ser el único postor, Miguel Torres hizo constar que el aval que ofrecía era su honradez personal. La corporación municipal, tras estudiar la situación planteada y conociendo las circunstancias y la contrastada honestidad de Torres Martínez, acuerda concederle la licitación de dicha subasta para el año 1904.

En la misma sesión plenaria se decide que, para final del año entrante (1904), los uleanos dejen de tributar por el trigo y sus harinas; proponiendo adaptar la economía del Ayuntamiento, a la pérdida de estos impuestos.

También se modifica el impuesto que recaía sobre la cerveza; así como al resto de alcoholes y aguardientes de consumo personal, con la finalidad de equilibrar el presupuesto recaudatorio.