POR JOSÉ ANTONIO AGÚNDEZ GARCÍA. CRONISTA OFICIAL DE MALPARTIDA DE CÁCERES (CÁCERES).
Un nuevo Sucedió hace (el 364) publicado por el Hoymalpartidadecáceres y en él volvemos a indagar sobre las familias y apellidos malpartideños, en este caso sobre los Alcántara y los Alonso. Este último se extinguió hace tiempo pero de los Alcántara queda conocida representación. En relación con ellos el estudio nos depara interesante sorpresas como la de Luisa Alcántara Doncel, natural de esta localidad y matrona durante más de 40 años en Plasencia, ciudad que la acaba de homenajear con la dedicación de una calle. Espero que os guste.
ARTÍCULO:
Alcántara. Los tenemos ya desde mediados del siglo XVIII repartidos en varias ramas y de diversa procedencia. El primer Alcántara nacido aquí fue un Bartolomé hijo de Juan Alcántara, de condición humilde y natural de Casar de Cáceres casado con la arroyana María la Pañera. Esta línea se extinguió a finales del XVIII, seguramente como otra iniciada por un Pedro de Alcántara Gómez Bejarano o Plata. Este Pedro era hijo de un Luis Gómez Picapiedra, cuyo segundo apellido nos indica su oficio o el de algúnantepasado, pues entonces se llamaba picapiedra a los canteros. Y preguntarán: ¿bueno, y el Alcántara de dónde sale? Fue uso habitual bautizar a los niños nacidos el 19 de octubre con el nombre del santo del día, que corresponde al del popular santo extremeño San Pedro de Alcántara. Así ocurrió con aquel hijo del cantero Luis Gómez a quien por haber nacido el 19 de octubre de 1748 se le puso de nombre Pedro de Alcántara. Por lo tanto, aunque era de varonía Gómez -el apellido del padre-, a sus descendientes se les conoció con el apellido Alcántara -que era en realidad nombre de pila junto al de Pedro- en vez de Gómez u otros apellidos de raíz familiar como Bejarano, Plata, etc. Esto sucede en la mayoría de casos estudiados por lo que, entre otros motivos, hacer un árbol genealógico es bastante quebradero de cabeza. Recordemos que hasta 1870 no quedó regulado oficialmente en España el uso de los apellidos como actualmente los conocemos pues hasta entonces, aunque seguíanse reglas familiares internas, tomaban los apellidos que mejor les convenía y con la más absoluta libertad. A esta rama pertenecieron los hermanos Juan y Antonio Alcántara Rubio, concejales del ayuntamiento en el siglo XIX; el primero entre 1863 y 1866, en los años anteriores a la Gloriosa, -la revolución que destronó a Isabel II- y luego entre 1870 y 1872, en pleno sexenio revolucionario; y el Antonio como concejal provisional en los días inmediatos a susodicha revolución.
De similar manera ocurrió con otros Alcántaras asentados en Malpartida a finales del XVIII. En este caso el apellido de los que descendían por varonía era Barriga y lo trajo un Francisco Barriga Muñoz procedente de Arroyo del Puerco. Pues bien, el Francisco tuvo en su mujer Isabel Gutiérrez, entre otros hijos, a Pedro de Alcántara Barriga, nacido el 19 de octubre de 1765 de quien procede una saga que llega a nuestros días. Fueron la mayoría ganaderos y guardas de fincas adquiriendo con el tiempo cierta posición social. A ellos perteneció Juan Alcántara García, acomodado industrial que poseía amplio almacén en calle San Marco (hoy La Habana) y que sería varias veces concejal y regidor síndico (1887/1891 y 1902/1905). Este Juan fue iniciador de una gran familia de Alcántaras pues tuvo de su mujer Isabel Castela nada más y nada menos que 17 hijos. Entre ellos Jacinto, Juan y Antonio Alcántara Castela, el primero empleado del ayuntamiento como cobrador del repartimiento de utilidades, y el segundo y tercero, ambos del comercio, igualmente que su padre con responsabilidades concejiles; Juan fue segundo teniente de alcalde entre 1910/1913 y vocal asociado al advenimiento de la Dictadura de Primo de Ribera entre 1923 y 1924 y Antonio ocupó el cargo de concejal y primer teniente de alcalde entre 1910/1912 y 1914/1922, y el sillón de alcalde de la localidad entre 1912-1913. Hijo de Jacinto fue Marceliano (o Juan Marcelino) Alcántara Mateos, guarda de Casa Corchada; hijo de Juan, Elías Alcántara Doncel, quien como su tío Jacinto ocupó la plaza de celador de arbitrios y encargado, entre otras funciones, de pesar los cerdos antes de su sacrificio y cobrar las tasas estipuladas por ello, e hija de Antonio fue Isabel Alcántara Doncel, considerada toda una institución en la enseñanza local pues ejerció como maestra de numerosas generaciones de niñas malpartideñas y que murió a la cumplida edad de 100 años.
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