POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Los veranos -es sabido- son tiempos de escasez de noticias relevantes y los medios de comunicación (prensa, radio, televisión) intentan magnificar sucesos de escasa importancia para, así lo dicen, «rellenar espacios».
Dos acontecimientos de «alto nivel cultural» ocupan la atención de todos los informativos nacionales y hasta intentan acaparar la atención internacional incluidas las tribus amazónicas:
.- A ) El retorno a Madrid de la superviviente ISABEL PANTOJA y su ferviente y amoroso recibimiento en TV-5 por el intelectual cantautor Francisco Rivera «Paquirrín» y la futura intérprete de canción moderna Isa Pantoja. Animación potenciada POR EL INEFABLE JORGE JAVIER.
.- B) El tafanario exhibido por un político asturiano (de Sariego) como signo de protesta y ofensa (para protestar hay que ofender, dijo) ante la presencia de políticos de Ciudadanos en la manifestación madrileña del Orgullo Gay.
¿Qué es eso de exhibir el tafanario?
Mi sorpresa al ver la fotografía de tal «exhibición» fue recordar de inmediato los versos en «La venganza de don Mendo»:
«…Y me anulo y me atribulo
y mi horror no disimulo;
pues aunque el nombre te asombre
quien obra así tiene un nombre
y ese nombre es el de chulo.»
Después, haciendo memoria, retomé aquel breve epigrama de autor anónimo (al menos para mi) escrito en los finales del siglo XIX:
«El puente tiene tres ojos,
yo tengo dos solamente;
pero si cuento el del culo
tengo los mismos que el puente.»
Y es que el culo, amigos míos, aunque es palabra correcta, tiene sus sinónimos «más discretos», tales como POSADERAS y TAFANARIO.
Bueno, otros poetas satíricos y muy cultos son más rimbombantes en la sinonimia:
«…Que le den por TRASPUNTÍN,
que en español, en latín,
en vascuence y alemán,
quiere decir sin ningún
desliz de agravio común,
que le den por el ZAGUÁN.»
Bueno, pues a todo y a esto, al ver la foto del exhibicionista en posición «flexoexpeditiva» de expulsión de algún «aer corruptus tacens, silbans aut faciens porrompompón», me dije ¡demonios , esto es asunto de receta de PEDORRETAS DE VIEJA.
No, no piensen mal. Las PEDORRETAS DE VIEJA son una dulcería rescatada de un viejo recetario (con data de 19 de julio de 1910) por el Dr. Alfredo Juderías en Molina de Aragón y publicada en su libro «COCINA PARA POBRES» (Seteco. Madrid 1988).
Batan muy bien en un cuenco 2 huevos, un poco de agua, ralladura de limón y levadura tipo Royal. Añadan lentamente, y removiendo con delicadeza, la haría necesaria para conseguir una masa ligera y consistente.
Formen pequeñas bolitas con esta masa y fríanlas en aceite hasta que tomen color dorado suave.
Retírenlas de la sartén, escurran y espolvoreen con azúcar aromatizada con un poco de canela molida.
Otro día, para compensar, les hablaré de los PEDOS DE MONJA, que son o eran «unes galletines que comprábamos en Colunga, en «la muyerina», y eran «unes chuches muy sabroses».