ANTONIO GONZÁLEZ PADRÓN, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD, EXPLICA EL ORIGEN DE LA DEVOCIÓN TAN VARIADA QUE HAY EN LOS BARRIOS
En Telde se asegura que la ciudad no está precisamente para tirar voladores y menos para asumir su coste por las arcas públicas, pero esto no desanima ni lo ha hecho nunca a las distintas comisiones de fiestas que pululan por los 73 barrios del municipio. Los vecinos de casi todos los núcleos de población teldenses continúan con los festejos patronales año tras año y buscan la financiación por todos los medios: empresas patrocinadoras, rifas, ayudas altruistas de los ciudadanos y un sinfín de iniciativas para que la festividad de sus santos o vírgenes no decaiga. La crisis económica les afecta, pero puede más el sentimiento de los pueblos que el llanto por el poder adquisitivo perdido y todos los barrios se han ido adaptando a los tiempos.
En este amplio espectro de festejos, los organizados en honor a Nuestra Señora del Carmen son los más celebrados en Telde por el número de barrios que le profesan veneración, no todos ellos situados en la extensa costa del municipio, cuna de esta devoción hacia la Virgen de los marinos. Según los datos de la concejalía de Festejos, dirigida por Juan Martel, nueve barrios celebraron fiestas en su honor el año pasado. Los dos compatronos de la ciudad -San Gregorio y San Juan Bautista-, la afamada imagen del Santo Cristo, la Virgen de las Nieves o la Inmaculada Concepción, todas con asistencia multitudinaria, son las que más puedan sonar fuera del municipio. Aunque hay un caso peculiar, la fiesta de Santa Rita de Casia, que cada 24 de mayo revienta la pequeña ermita de Ojos de Garza. No solo ocurre en su festividad, sino que cada fin de semana es el destino de muchos fieles o meta de otros barrios, como ocurrió el pasado martes con los vecinos de Ejido, que celebraron una caminata hacia el pequeño templo dentro de su programa de actos por las fiestas de San Pedro y Nuestra Señora del Carmen. Hoy, precisamente, finalizan sus festejos patronales.
También hay datos para la curiosidad: Melenara es el único lugar de España que dedica una parroquia al Santo Cura de Ars, un santo francés por el que el obispo Antonio Pildain sentía gran devoción y animó a su culto en esta playa teldense. O cómo la Virgen del Carmen le arrebató a Nuestra Señora del Buen Suceso su condición de patrona de los marinos y gente de la mar. Asimismo, es destacable como una familia pudiente del municipio cambió su tradicional veneración por San Diego de Alcalá por la de Nuestra Señora de la Salud después de haberse salvado del cólera morbo. Otro dato, el mes más festivo en el municipio, siempre con los datos de 2015, es julio, con nada menos que 11 celebraciones y la gran mayoría en zonas no costeras.
En una localidad de algo más de 102 kilómetros cuadrados -kilómetro arriba, kilómetro abajo hasta que se recuperen las lindes reclamadas- los banderines de todos los colores, acompañadas con las enseñas canaria o nacional se cuelgan a lo ancho y largo de sus calles durante todos los meses del año y en algunos lugares hasta dos veces. En esos días cambian totalmente su apariencia y los puestos, carros de empresas turroneras, bombillos de colores y unos improvisados escenarios -la homologación de estas tarimas les impide montar cualquier cosa- sirven para sacar la alegría, el paisanaje y las buenas mañas entre los residentes. Todo por unir al vecindario en unas jornadas festivas y olvidarse de sus cuitas. No solo son fiestas religiosas, la gran mayoría, pero también están los carnavales o las fiestas de Fin de Año para que todo no esté impregnado solamente de religiosidad, sino haya hueco para todo tipo de ver la diversión.
Los banderines y enseñas se cuelgan en Telde desde enero y según avanza el año y también la distancia que se recorre de barrio a barrio, se llega a diciembre con un calendario festivo que no cesa, digno de encomio y aplauso si se tiene en cuenta que quienes la organizan ni cuentan con subvenciones ni son expertos en la planificación de eventos, pero la voluntad y las ganas por realizar unas buenas fiestas es su alimento diario. De veteranos a los más jóvenes, la cantera para continuar con la tradición se prepara para tomar en su momento el relevo a las anteriores generaciones, con nuevas ideas y nuevos bríos, aunque el reto es el mismo: que los festejos agraden a la mayoría, ya que difícilmente se contenta a todos, aunque lo intentan con tesón e ilusión.
La Inquisición
Antonio González Padrón, cronista oficial de la ciudad, explica el origen de la devoción tan variada que hay en los barrios, donde Santa Bárbara, la Virgen de Fátima, San Isidro, Santa Águeda o San Fermín tienen sus seguidores en el municipio. «La primera iglesia matriz y el primer patrono de la ciudad fue San Gregorio, después San Juan Bautista, que luego la parroquia tuvo un compatrono, San Pedro Mártir de Verona, que son dos advocaciones importantes. San Juan Bautista porque es quien anuncia la llegada del Mesías, es la voz en el desierto, mientras que San Pedro Mártir de Verona, patrono protector de la Inquisición y en tierras de aborígenes, como ocurre con Santiago en Gáldar, su elección no presta a dudar de la ortodoxia de quienes los eligen».
En San Gregorio, en cambio, según González Padrón, «la elección de San Gregorio Taumaturgo se debió a la familia Palencia o Palenzuela, natural de un pueblo de Burgos y fundadora del primer ingenio azucarero de Los Llanos, y allí se veneraba a San Gregorio Taumaturgo». Esta familia burgalesa compró la talla de este obispo de Asia Menor, con fama de hacer milagros, para recordar a su pueblo natal y crear así su advocación y de ahí que el barrio de los trabajadores del municipio veneren a este prelado en una iglesia que cierto corte oriental. La talla, obra de Luján Pérez, es una de las más reconocidas del imaginario de Guía.
La Virgen del Carmen, de la que más se celebra su festividad en Telde, surge su advocación muy reciente, de finales del siglo XIX, «cuando le arrebata a Nuestra Señora del Buen Suceso ser la patrona de la gente de la mar», expone Padrón, «quien recuerda que en la ciudad se venera mucho a San Antonio y San Francisco, probablemente porque los primeros monjes que llegaron a la ciudad en el siglo XIV eran franciscanos».
No obstante, añade el cronista oficial de la ciudad, «el mundo católico es muy mariano porque la Virgen María era el estandarte del catolicismo contra la Reforma de los protestantes y el obispo Muro decreta que se celebren en toda la Diócesis la advocación de la Inmaculada Concepción, como ocurre desde la Conquista en Jinámar». Sobre la alcaldesa perpetua de la ciudad, la Virgen de las Nieves, en Lomo Magullo, el origen de su veneración es más confusa. Antonio González señala que se dijo que la trajeron los dominicos de Agüimes, pero duda de esta versión por la rivalidad entre esa orden religiosa y la de los franciscanos.
La elección de los patronos lo realizan normalmente el obispo con el párroco del barrio, aunque hay circunstancias, como ocurre en Casas Nuevas, que el patrón, San Venancio, fue regalo de un empresario de Telde con el mismo nombre. No es el único caso donde la iniciativa de algún vecino promueve la devoción por alguna virgen o santo. Son los casos de Tufia, con la Virgen de la Milagrosa, o de El Caracol, con San Ramón Nonato y la Virgen de la Merced, imágenes adquiridas por particulares y que incluso conservan en sus domicilios hasta que comienzan las fiestas patronales, ambas en agosto.
El cronista evoca como caso curioso y digno de mención la veneración al Santo Cura de Ars, «con una imagen que se encuentra en la iglesia de Clavellinas, en Melenara, y al que el obispo Antonio Pildain le tenía gran admiración porque era el patrono de los confesores y Pildain le daba gran valor a la confesión. Es el único sitio de España donde tiene dedicada una parroquia, en otros lugares del país solo hay altares». Este santo francés ocupa su lugar de honor junto a la Virgen del Carmen y ambas tallas son embarcadas para su paseo marítimo a finales de agosto.
Más reciente es la devoción por María Auxiliadora, que hasta la llegada de las monjas salesianas a Telde, en 1947, no se veneraba. Ahora, apunta González Padrón, «hay advocaciones en La Gavia, Tecén, en un montón de sitios porque muchas maestras de los barrios se educaron en el colegio cuando llegaban y no había ermita, en las propias aulas de sus colegios levantaban un pequeño altar de María Auxiliadora en mayo y lo fueron arraigando en ese lugar».
La finca de San Ignacio se creó por la iniciativa de los jesuitas un oratorio a su patrón, San Ignacio de Loyola y la familia Manrique de Lara, educada al socaire de esta orden, mantuvo la devoción al santo. En San Isidro, un barrio limítrofe con La Pardilla, antigua zona agrícola, y «gracias a la familia Calzada Fiol, cuando veraneaba en una casa neocanaria en su finca, cuando empezó a haber una población pequeña de aparceros y medianeros, pusieron en una casa particular una imagen de San Isidro, patrón de la agricultura», añade el cronista.
La advocación a Nuestra Señora de la Salud llega por la creación de una ermita después de que la familia propietaria de la finca de Las Salinetas se salvara de la epidemia del cólera morbo ocurrida en el siglo XIX. «Cuentan que un sacerdote de la familia Martínez de Escobar oyó decir al propietario de la finca que en sueños se le apareció la Virgen y le dijo ‘a ver si me agradeces en este páramo que he salvado a tu familia’ y él inmediatamente le pidió permiso para levantar una ermita a Nuestra Señora de la Salud en la finca de Las Salinetas. Siempre habían sido devotos de San Diego de Alcalá, pero cambiaron por esta nueva advocación», matizó González.
Fuente: http://www.laprovincia.es/ – Pedro Hernández