POR PABLO IGLESIA AUNIÓN, CRONISTA OFICIAL DE CRONISTA OFICIAL DE PUEBLA DE LA CALZADA (BADAJOZ).
El Retablo Mayor de San Pedro: “conservar la imagen para transmitir la fe a un pueblo a lo largo de los siglos”
Se ha retirado al andamiaje que tuvo que ser colocado tras detectarse el deterioro y peligro que suponía el mal estado en el que se encontraba el retablo mayor de la parroquia de San Pedro, provocado por un ataque de termitas. A excepción de las tablas del llamado zócalo, que serán tras la Semana Santa preparadas y que ahora no lo han podido ser porque los mismos andamios no lo permitían, de hecho, se han terminado de retirar a las 0:30 horas, estructura que ha estado meses colocada para que el templo parroquial de San Pedro Apóstol y Montijo vuelva a disfrutar de una de las grandes muestras de nuestro patrimonio. Por cierto, un templo parroquial que documentalmente cumple ahora 530 años (1494-2024).
La palabra. Quién podría sustituir a la palabra como el mejor de los medios y la mejor de las formas para transmitir ideas y establecer una comunicación entre las personas. Ha sido y es signo de identidad en el ser humano a lo largo de la Historia.
Cierto que a través de los siglos y de la misma manera, el hombre ha buscado y querido contar con otros elementos y otras herramientas que de la misma forma pudieran establecer puentes de contacto entre los miembros de una sociedad y entre diferentes sociedades. Dimos un paso enorme cuando en torno al año 3100 a.C. al Sur de Mesopotamia apareció la escritura.
Pero todavía hay un elemento aún más utilizado por el hombre tanto desde la antigüedad con en capacidad de transmisión y comunicación como venimos diciendo: la imagen. Basta recordar las manifestaciones del conocido arte prehistórico de la mano del “arte rupestre o parietal”, los relieves grabados o las pinturas sobre rocas y paredes y techos de cuevas, algunas con una cronología que nos conduce hasta el Paleolítico Superior (30.000 – 10.000 a.C.).
Nuestra propia imagen se nos caía como colectivo social
Cuando en octubre del 2021 saltaba la noticia de que el retablo mayor de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol corría el peligro de caerse y que parte de su estructura había cedido, confirmándose poco después que un serio ataque de termitas ponía en tristemente en peligro su subsistencia (6-XI-2021), una parte de cada de uno nosotros -montijanos- parecía igualmente apagarse con él: “se nos caía el alma al suelo”.
Igualmente, y junto a ellos, instituciones: la primera la comunidad cristiana y el pueblo de Montijo con el entusiasmo, fuerza y empuje de su párroco don Pedro Gómez Serrano y el Consejo de Pastoral Parroquial que aglutina todos los sectores desde lo que se trabaja en una comunidad parroquial. Felicidades y a ellos queremos dedicar este artículo.
Instituciones que no seré yo quien aquí cite aquí sus nombres porque eso corresponde tanto al responsable parroquial como el equipo de restauración que es quien explicará todo el proceso técnico que además puede en parte leerse en la Web de la Parroquia (https://sanpedromontijo.es), como igualmente corresponde a estos mismos explicar técnicamente el proceso de restauración, fases y proceso.
Pero si me toca como historiador e investigador intentar resaltar nuevamente lo que supone que este retablo mayor de San Pedro del primer tercio del siglo XVII (1611-1628), pueda haberse restaurado y aunque personalmente esperaba poder conocer la autoría de la representación pictórica tanto en tablas como lienzo, aspecto que según me han informado no ha podido ser (ninguna tabla ni lienzo aparece firmada por su o sus autores), si podemos adelantar que trabajaron “varios pinceles” en el mismo, es decir varios autores y sin embargo se ha podido recuperar en un porcentaje muy alto la imagen original que este tuvo.
Riqueza patrimonial: obra “moratina” de inicios del siglo XVII
Fue el doctor Francisco Tejada Vizuete[1] (+) quien apuntó al antablador, entallador o montador del mencionado retablo, es decir, a la parte de dirección estructural del mismo, de su composición arquitectónica desde el zócalo y bancos a las calles y ático: Francisco Morato[2], portugués que entre los años de 1611 y 1628 estaba viviendo en la ciudad de Mérida el que pudo haber dirigido -como ya indicamos- todas las obras relacionadas con el mencionado retablo.
También hemos publicado ya[3] lo que supuso en las fases constructivas de la parroquia de San Pedro Apóstol la llegada de una imaginería y decoración barroca como es el retablo para su capilla mayor, teniendo el historiador además la dificultad, por un lado, que en aquellos momentos su mal estado de conservación no permitía un estudio adecuado
y por otro, una carencia enorme de bibliografía: la citada y solamente anterior Ponz[4] y Mélida[5]. Menos lo que podríamos haber considerado como “la joya de la corona”: documentación archivística, es decir, contrato de artistas, fábrica parroquial relacionada con la ejecución del retablo, etc.
Un Francisco Morato que trabajó y ejecutó obras -por citar únicamente la más cercana- en Puebla de la Calzada el Retablo de Nuestra Señora del Rosario y cuyo encargó costó 1.000 reales en 1617 y del cual se conoce la autoría de las pinturas realizadas por Pedro Gutiérrez Bejarano[6]. La proximidad cronológica por tanto para nada descarta el que su taller trabajase en Montijo.
En torno a un maestro retablista de esta categoría, artistas como decimos de “pincel” y talleres de la misma índole variados nos abren un abanico de suposiciones que no caben en la historia si no hay pruebas documentales o datos fehacientes de tales contratos. Con Morato trabajaron pintores como por ejemplo Pedro Gutiérrez Bejarano (ya citado) o su inminente asociacionismo con Salvador Muñoz, moviéndose así en un círculo de la villa de Zafra que incrusta también su quehacer en la fábrica parroquial de San Pedro al ser el crucero y puerta principal obra de Francisco Montiel y su hijo Bartolomé González de Montiel. Zafra, ducado de Feria y Montijo, villa condal de los Portocarrero están por tanto muy unidos. Mientras no aparezcan los contratos y en algún lugar se referencia la autoría pictórica nos movemos en conjeturas.
Novedades Histórico-Artística para el conocimiento del Retablo Mayor
La primera de las novedades que han aparecido a lo largo del proceso de restauración y limpieza del retablo ha sido lo que hasta estos momentos era una de las grandes incógnitas del mismo y que siempre apuntamos a que temáticamente Nos referimos a la tabla superior a la izquierda del Calvario que culmina el ático del retablo representaba un “pelícano dando de comer a sus crías” como símbolo del amor fraterno dentro de la pedagogía cristiana.
Tras su limpieza, aparece una mano ofreciendo un cáliz y los restos (se encuentra en muy mal estado de conservación afectada por la humedad durante año, incluso ahora) de lo que pudiera ser un ángel luego, temáticamente y junto al Calvario, podemos estar hablando de “la oración en el huerto” [7].
En segundo lugar, sin que tablas y lienzos se hayan restaurado pero si profusamente limpiadas, el nombre de las imágenes correspondientes al apostolado de la iglesia, Inmaculada y María Magdalena para rematar en el mencionado Calvario donde junto a Jesús con un rico paño de pureza, se observan a María y San Juan haciendo que la belleza del retablo sea, en comparación a como se encontraba, de un realce inigualable.
Ahora observamos las imágenes precisas con la tabla a la derecha del Calvario con María Magdalena; el apostolado con San Andrés, San Pedro, San Pablo, Santiago el Mayor, San Juan, San Judas Tadeo, San Bartolomé, Santiago el Meno, San Simón, San Mateo y Santo Tomás en un orden perfecto. Únicamente las tablas correspondientes al zócalo del retablo quedan para su tratamiento una vez pase la Semana Santa debido, como ya está indicado, a que con anterioridad el andamiaje no lo ha permitido.
La doctora Carmen Vega y el equipo que ha trabajado junto a don Pedro Gómez Serrano, párroco de la iglesia de San Pedro Apóstol, ofrecerán en su momento una charla explicativa de todo el proceso.
Por nuestra parte hemos creído como artículo que abra las puertas a la Semana Mayor en Montijo, dar un pequeño avance siempre desde la perspectiva histórica y lo que en este caso dimana hacia el arte y por tal el patrimonio. Los verdaderos artífices junto a los mencionados nombres, todos y cada uno de los que han hecho posible que esta magnífica obra del patrimonio montijano se pueda haber salvado y se conserve, como ya hemos dicho al inicio, al menos otros cuatrocientos años más.
[1] Tejada Vizuete, Francisco, La capilla mayor de la iglesia de San Pedro de Montijo y su retablo, en el contexto bajo-extremeño de la época. Actas II Jornadas de Historia en Montijo. Dirección: Antonia Gómez Quintana. Montijo, 1996. Págs.: 46-49
[2] Hernández Nieves, Román: Retablística de la Baja Extremadura. Siglos XVI-XVIII. II Edición. Diputación de Badajoz, 2008. Págs.: 166-169.
[3] Iglesias Aunión, Pablo: Presencia santiaguista en la repoblación emeritense: adehesamiento, maestrazgo en Montijo y mayordomía en torno a Santa María de Barbaño (siglos XIII-XX). Edita: Diputación de Badajoz. Publica: Ayuntamiento de Barbaño. Badajoz, 2023. Págs. 112-117). Igualmente, en esta misma web de La Ventana Digital Comunicación con fechas como 28 de junio del 2018 o 8 de enero del 2022.
[4] Ponz, A.: Viaje por España. Universitas Editorial. Badajoz, 1983.
[5] Mélida Alinari, J.: Catálogo Monumental de España. Provincia de Badajoz. Madrid, 1925.
[6] Iglesias Aunión, Pablo: De Puebla de Mérida a Puebla de la Calzada: historia de una cronología entre los siglos XIV al XV. Publica: La Ventana Digital Comunicación. Montijo, 2023.
[7] Iglesias Aunión, Pablo: Retablo de San Pedro Apóstol de Montijo: «¿Presentación de María, Pelícano o…? Publicado en la Web: “Hacerse Historia”. Montijo, 2023.