PARTICIPA GONZALO MARTÍNEZ ESPAÑOL, CRONISTA DE ASPE (ALICANTE).
El aumento de población de Elche en la segunda mitad del siglo XVIII unido a largos periodos de sequíase había convertido en una de las principales lacras para los vecinos de esta ciudad por la escasez de agua. Solo los más pudientes tenían acceso a agua dulce y de calidad, mientras que una gran parte de la población tenía que recurrir a agua de lluvia almacenada en depósitos o al agua que discurría por el cauce del Vinalopó, que no reunía garantías de salubridad, provocando constantes casos de fiebres o problemas en la piel.
La construcción del Acueducto o Puente de los Cinco Ojos en el termino municipal de Aspe, se convirtió en una obra de ingeniería que trajo a la ciudad de las palmeras agua de calidad, cambiando la vida de miles de ilicitanos. Esta obra, forma parte del patrimonio arquitectónico aspense y es la protagonista esta semana en la sección ‘Arte con M de mujer, tesoros del Vinalopó’ que coordina nuestra colaboradora, la pintora Inés Serna Orts .