POR JOSÉ JULIO ORTIZ CHISVERT, CRONISTA OFICIAL DE COBEÑA (MADRID)
Prosiguiendo con el testamento de Juan de María, este dice:
Mando me hagan un novenario y digan a misa y a vísperas un responso cantado sobre mi sepultura, y digan por mi ánima en cada un día d’ellos una misa, e paguen de limosna al clérigo un real, y cuatro maravedís al sacristán. Y al cabo de la novena, me digan unos oficios de seis lecciones con su letanía, y otro día una misa; e paguen por ello los derechos acostumbrados, y en cada día de la novena lleven un pan de dos libras que ofrezcan sobre mi sepultura, y cera que arda lo que fuere menester en el dicho novenario y enterramiento.
Estamos viendo como Juan además de ser hombre pudiente con recursos económicos, también era muy cristiano, pues en esta parte del testamento prácticamente se centra en su alma y los pagos que se han de hacer por la salvación de esta al clero.
Mando que luego como falleciere, mis albaceas me hagan decir la misa del ánima en Madrid, en Nuestra Señora de los Remedios, u donde Hubiere la diligencia; y den de limosna al que la dixere dos reales.
Mando que lleven una tabla de cera que arda en los divinos oficios durante el medio año, y más lleven cada día del dicho medio año dos maravedís para decir responsos por mi ánima, y esta lleve mi hermana Catalina, y por su trabajo de llevarla mando que le den seis reales.
Mando me digan por mi ánima en esta iglesia cuarenta misas, e las paguen su limosna según dicho es.
Mando digan por el ánima de mi mujer y por mis padres y suegros e por quien cargo tengo veinte misas, e las paguen según dicho es. Mando digan por las ánimas del purgatorio cuatro misas, e las paguen según dicho es.
Mando a redención de cautivos y órdenes forçadas, a todas juntas, medio real, viniendo por ella.
Seguimos leyendo como se interesa hasta por las almas de su mujer, de sus padres y de sus suegros. Incluso por las almas del purgatorio y por la redención de los cautivos y de los condenados a trabajos forzados. Es pues Juan, un verdadero buen hombre, religioso, amante de su familia y del prójimo. Y como vemos va dejando muchos dineros a la iglesia y al clero para los actos religiosos.
Finalmente en esta segunda parte da un dato de gran interés para nosotros. Y es que en otras ocasiones yo he trasmitido que Cobeña, además de tener muchas hermandades y cofradías también tuvo varias ermitas, como la de San Roque o la de San Sebastián y así prosigue Juan de María en su testamento…
Y mando a las ermitas donde los vecinos d’esta villa van en procesión, a cada una, cinco maravedís.
Es una lástima que no cite las ermitas o a cuantas se refiere.
En mi libro, «Cobeña a lo largo de la historia» en el capítulo [Religiosidad y Caridad en Cobeña], escribo; «Se dice que en Cobeña en la Ermita de Nuestra señora del Remedio o de la Vera Cruz, hay un crucifijo de mucha devoción, que por bula dada en 1579 a quien lo visitaren, les serán concedidas indulgencia y perdones».
Esta ermita que cito, fue construida en 1559 y obtuvo una bula del papa Gregorio XIII.
También había en Cobeña la Ermita de San Sebastián, de la que su construcción data de fechas anteriores a la de la Virgen del Remedio. De esta ermita encontramos referencias en las que se dice; «La ermita de San Sebastián es ermita muy antigua y hace tiempo, lugar de peregrinación por tener indulgencia».
La Ermita de San Roque estaba exactamente donde hoy está el paraje de «La Ermita Caída». En la actualidad un SAU, (Suelo de Actuación Urbano), en el que se está proyectando la edificación de numerosas viviendas. Esta ermita de San roque fue la última en desaparecer en el siglo XX.
También contábamos con la Ermita de la Soledad, situada al sur del pueblo.