TIEMPO DE ADVIENTO, PREPARACIÓN ESPIRITUAL PARA LA NAVIDAD
Dic 27 2024

POR JOAQUÍN MUÑOZ CORONEL, CRONISTA OFICIAL DE CORRAL DE CALATRAVA Y POZUELO DE CALATRAVA (CIUDAD REAL)

Corona de Adviento

Los fieles cristianos consideran al Adviento (al preceder inmediatamente a la Navidad) como un tiempo de oración y de reflexión.

Bien es cierto que, con las particularidades litúrgicas propias de cada una, prácticamente todas las Iglesias cristianas históricas celebran este tiempo de Adviento

Aunque ya estemos casi a finales del año natural, lo cierto es que el Adviento (del latín: adventus Redemptoris, ‘venida del Redentor’) es el primer período del año litúrgico cristiano, y no es sino el tiempo de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Cristo. Este periodo está comprendido entre los cuatro domingos más próximos a la Navidad (en este 2024, los domingos 1,  8, 15 y 22 de diciembre), cuyo color litúrgico es el morado, y tiene una duración de entre 22 y  28 días. Si bien, la Iglesia cristiana ortodoxa celebra el Adviento en los 40 días que van desde el 28 de noviembre al 6 de enero.
De todas formas, los fieles cristianos consideran al Adviento (al preceder inmediatamente a la Navidad) como un tiempo de oración y de reflexión. Caracterizado especialmente por la ‘espera vigilante’, es decir, tiempo de esperanza y de vigilia, de arrepentimiento, de perdón y de alegría. En la Iglesia ortodoxa, el Adviento incluye además, como nota particular, una ‘abstinencia estricta de ciertos alimentos’. Que en el caso de la Iglesia ortodoxa copta va más allá, concretándose en un ayuno muy estricto, conocido como el ‘ayuno de la Natividad’.
Bien es cierto que, con las particularidades litúrgicas propias de cada una, prácticamente todas las Iglesias cristianas históricas celebran este tiempo de Adviento: la Iglesia católica, la Comunión anglicana, la Iglesia ortodoxa, las Iglesias protestantes (luterana, presbiteriana, metodista, morava, etc.), y la Iglesia copta, entre otras.

REZAR EN ADVIENTO

Durante este tiempo de Adviento se coloca en las iglesias, y también en las puertas o paredes de muchos hogares, una corona de ramas verdes. Esta ‘corona de Adviento’ lleva además cuatro velas, una por cada uno de los domingos de Adviento, como hemos señalado. Y es costumbre tradicional asignar a cada una de las cuatro velas de Adviento, una virtud que nos proponemos mejorar en cada semana. Por ejemplo en la primera, el amor; la paz en la segunda; la tolerancia en la tercera, y la fe en la cuarta semana.

En muchos lugares del mundo, los domingos de Adviento se reúne la familia o la comunidad en torno a la corona de Adviento, que puede haber sido bendecida por el sacerdote. Se lee la Biblia y se realizan meditaciones encaminadas a conmemorar la fiesta próxima de la Natividad, nombre litúrgico de la Navidad o nacimiento de Jesús.

La liturgia del Adviento cristiano comenzó a moldearse en Galia e Hispania ya a fines del siglo IV y durante el siglo V, como preparación ascética para la celebración de la Navidad. Aquel preludio de la celebración del nacimiento de Cristo tenía una duración de tres semanas, que se unían a la preparación de los bautismos, por entonces administrados en la festividad de la Epifanía. De hecho, el ‘Canon 4’ del Primer Concilio de Zaragoza (año 380) señalaba que “durante veintiún días, a partir de las XVI calendas de enero (17 de diciembre), no está permitido a nadie ausentarse de la iglesia, sino que debe acudir a ella cotidianamente”.

FIGURAS DE ADVIENTO

En la liturgia del Adviento, en todas las Iglesias cristianas sobresalen las figuras del profeta IsaíasJuan el Bautista, María, madre de Jesús, y José de Nazaret. Las lecturas bíblicas del tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del ‘Libro de Isaías’ (primera lectura), aunque también se recogen otros pasajes proféticos del Antiguo Testamento que señalan la llegada del Mesías (por ejemplo, ‘Jeremías 33:14-16’). En las lecturas semanales, Isaías aparece 15 veces.

Juan el Bautista, presentado por los evangelios como el precursor que preparó los caminos para la llegada de Jesús de Nazaret, se incluye en el segundo y tercer domingo de Adviento de la liturgia católica, anglicana y protestante. La predicación de Juan el Bautista (que se caracteriza por incorporar la frase del ‘Libro de Isaías’: “Una voz grita en el desierto, preparad los caminos del Señor, allanad sus senderos”, Mateo 3:3), hace de él una de las personalidades propias de la liturgia del tiempo de Adviento.

María de Nazaret se presenta en la liturgia de Adviento, particularmente en los pasajes evangélicos correspondientes al cuarto domingo, sola o acompañada por Isabel. María también aparece acompañando a su esposo, José de Nazaret, en el evangelio del cuarto domingo de Adviento, y en el ciclo A de la liturgia católica, anglicana y protestante.

LECTURAS DE ADVIENTO

Con algunas variaciones, las Iglesias cristianas suelen presentar en la liturgia del Adviento lecturas bíblicas del Antiguo Testamento o ‘veterotestamentarias’, descriptivas de la esperanza profética puesta en la llegada del Mesías, y del Nuevo Testamento o ‘neotestamentarias’. Todas ellas relativas al tiempo previo al nacimiento de Jesús, o al tiempo previo al inicio de su ministerio público… A partir del Concilio Vaticano II, se produjo una variación notable de la liturgia de la Iglesia católica tendente a enriquecer el tiempo del Adviento con textos bíblicos diferentes, en distintos años del calendario.

Por último, recordaremos que la Comunión anglicana y numerosas Iglesias protestantes, siguen en la liturgia un esquema de lecturas bíblicas muy similar al de la ‘Iglesia católica postconciliar’. El actual ‘Revised Common Lectionary’ (primera edición de 1992) es el resultado de una serie de obras litúrgicas previas inspiradas en el ‘Ordo Lectionum Missae’ (1969), fruto del Concilio Vaticano II. Las diferencias suelen ser menores y propias de las Iglesias particulares, tales como la de la Iglesia de Inglaterra en su ‘Common Worship Lectionary’.

CORONA DE ADVIENTO

La ‘Corona de Adviento’ constituye una tradición cristiana, que simboliza los cuatro domingos que integran este tiempo del calendario litúrgico en la Iglesia de Occidente. La corona de Adviento es una práctica de origen luterano, aunque por su nivel de aceptación se extendió a muchas otras denominaciones cristianas, incluyendo la Iglesia católica.

Se trata de un conjunto de ramas verdes (especialmente de especies de hoja perenne, y sin flores debido a la austeridad propia del Adviento), dispuestas o trenzadas en círculo, a las que se suman cuatro cirios ubicados en su periferia. El primer cirio se enciende en el primer domingo de Adviento, junto con la lectura de un pasaje bíblico o la realización de plegarias.

Sucesivamente se encienden los restantes cirios, uno nuevo en cada uno de los siguientes domingos, hasta que en el domingo previo a la Navidad se encienden los cuatro cirios conjuntamente. A menudo se coloca en el centro un quinto cirio de color blanco, que se enciende en Nochebuena o en Navidad. Una costumbre que se observa tanto en reuniones familiares, como en servicios litúrgicos públicos.

El simbolismo de cada elemento constitutivo de la corona es anterior al mismo cristianismo. El círculo es un símbolo del ciclo eterno de las estaciones, mientras que las especies perennifolias simbolizan la inmortalidad; la luz se identifica con el espíritu y la fuerza de la vida que persiste, aún en medio de los días cortos y del frío, que gobierna usualmente el Hemisferio Norte en el tiempo de Adviento. En la simbología cristiana, la luz significa Cristo, a partir del Evangelio de Juan que lo presenta como la “luz del mundo” (Juan 8:12).

CALENDARIO DE ADVIENTO

Como colofón del significado y contenido del Adviento, diremos que en estos días es frecuente regalar a los más pequeños un ‘Calendario de Adviento’, que suele colocarse sobre una pared o mueble del salón o dormitorio del peque. Este calendario es un símbolo más del tiempo de Adviento, en donde se marcan los días que faltan para la llegada de la Navidad. Es un calendario de ‘cuenta atrás’, y los niños también perfeccionan así su forma de ‘conteo’, restando las jornadas que faltan para la llegada de la Navidad.

Los orígenes del ‘Calendario de Adviento’ se remontan al siglo XIX en la Alemania protestante. Los niños encendían una vela por cada día, desde el primer domingo de Adviento (fecha móvil que incluso puede caer en noviembre) hasta el día de Nochebuena. Hoy en día se han popularizado y exportado los calendarios de adviento seculares que, a diferencia de los originales, suelen ser del 1 de diciembre a la Nochebuena.

Curiosamente, en los pasados ‘años veinte’ se imprimía el primer calendario con tabletas de chocolate para endulzar la espera. Y en la actualidad es enorme la variedad: calendarios con bombones, caramelos, juguetes, bolsitas de té, libritos… Suelen llevar pegatinas con el nombre de pequeños regalos, o simplemente bombones de chocolate alojados en el cajoncito de cada día. Los hay para todos los gustos, aunque las personas más creativas prefieren confeccionarlos personalmente.

En cualquier caso, es una bonita costumbre, que tiene la emoción de la espera, y que mantiene la ilusión y el deseo por la llegada de la Navidad. El acontecimiento histórico, espiritual y centrípeto, sobre cuyo innegable centro orbitan, todas las demás manifestaciones sociales, festivas y lúdicas.

FUENTE: https://www.lanzadigital.com/provincia/ciudad-real/tiempo-de-adviento-preparacion-espiritual-para-la-navidad/

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