POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
El día en que se celebró la festividad de san Antonio de Padua, toda la vida social de nuestra provincia sufrió un cataclismo político que podría afectar de manera muy directa a su base municipal, y con ella, a todos los estamentos, círculos o grupos sociales, sea cual sea su carácter. Un nuevo tiempo, con algunas sombras, nieblas de dudas y un conjunto de interrogantes que obliga a una atención permanente.
Tiempo de cambio es la mejor definición que podemos dar a este período que iniciamos, en el que cada día nos sorprende una noticia que es desmentida a las pocas horas, o corregida por unos y otros en esa lucha permanente de descalificar.
Hay menciones que cuando salen a la luz provocan tormentas en los aparentemente pacíficos ambientes locales, aunque no resuelven nada a cambio.
Son tiempos nada fáciles, mucho más en este caso, cuando todo el año se anuncia como un período de espera, lo que nos obliga, por las buenas o por las regulares, a mantener clara la vista y despejada la mente para poder seguir por caminos y senderos que nos lleven a buen destino, sin temor a perdernos durante el itinerario recorrido.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/