POR ÁNGEL RÍOS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE BLANCA (MURCIA)
Al día siguiente, 14 de agosto, se encarga al maestro alarife Juan Molina Triguero el que realice el presupuesto y, como no hay dinero, se le remita al Sr. Administrador de la Encomienda, D. Francisco de Paula, para que contribuya a la construcción, para ello ya había prometido seis mil ducados.
La Corporación, el Cura, el maestro alarife y algunas personas más fueron extramuros y, en el sitio de Las Paleras, lugar muy ventilado,
decidieron la construcción, demarcando 612 varas de terreno (unos 728 m2). El maestro alarife, una vez conocido el terreno, realizó el presupuesto con la inclusión de los materiales: 8.146 ducados. Informe que se remitió al Administrador de la Encomienda y la falta de fondos para los gastos.
La Junta Provincial de Sanidad, viendo que no se avanzaba nada, el 18 de agosto de 1825 le abrió expediente al Ayuntamiento. Como el Administrador de la Encomienda tenía que aportar dinero,
junto con el cura, el médico titular y dos maestros alarifes (uno el del Ayuntamiento y otro el que él nombró), reconocieron el lugar
elegido, demarcando 30 varas en cuadro y, con todo lo necesario, el montante sería de 7.927 ducados.
En 1826 se comienza a enterrar en cementerio. El primer cementerio estaba situado donde actualmente se encuentra la nave de las Industrias Magineroso, sección alfombras, lindante con el camino de salida/entrada de la población.
El primer entierro en cementerio fue el del presbítero D. Pedro Fernández, de 85 años, natural de Blanca, que falleció el 29 de mayo de 1826, y después de celebrada la vigilia en la Parroquia, su cadáver fue acompañado con la misma pompa hasta el cementerio.
En enterrador, Juan Sánchez Molina, en 1883, cobraba 1 peseta diaria.
Foto: Nave de las Industrias Maqineroso
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