POR ÁNGEL RÍOS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE BLANCA (MURCIA)
El nuevo cementerio.
Según me comentó Rodolfo Molina Yelo, organista de la parroquia, los entierros eran de cinco clases o categorías:
• De primera, realizado por un cura vestido de capa pluvial negra, dos sacerdotes con dalmáticas, cuatro sacerdotes con roquete y estola negra, cruz parroquial, dos ciriales e incensario. Se llevaba la mesa para ir descansando el ataúd y eran cinco las paradas que se realizaban, siendo fijas las de la entrada a la plaza de la iglesia, la de frente a la Peña y la de Dª María del Portillo.
• De segunda, realizado por cura con capa pluvial negra, dos curas con roquetes, cruz parroquial, dos ciriales, incensario y mesa.
• De tercera, con cura revestido de capa pluvial negra, dos curas con roquetes, cruz parroquial y dos ciriales.
• De cuarta, cura con capa pluvial negra, cruz parroquial y dos ciriales.
• De quinta, cura con capa pluvial y cruz parroquial. Hasta los de tercera se cantaba el oficio de difuntos y las misas con tres sacerdotes. Enterramientos que podemos encontrar en el suelo (algunos imposibles de saber a quién corresponde), en nicho o panteón:
En el nicho nº 1 en el que está enterrada Encarnación Sánchez Montoro, que falleció a los 46 años de edad (27-10-1922) y a la que su hija le dedica esta poesía:
Nunca, nunca hemos dejado
De amarte, madre querida,
Y con tu ausencia perdida,
Estamos desconsolados.
Queremos ir a tu lado
Y estar en tu compañía,
De noche igual que de día,
Y cada instante llorando
Y con lágrimas regando
Tu sepulcro, madre mía.