POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS,CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Prosigue el otoño revelándonos, bajo su hondura, el agónico lamento de las hojas que caen marcadas por el tiempo final que les dicta el calendario en su rito de morir-pudrirse-transformarse.
El suelo, en estos días, es un manto amarillo, naranja y marrón de lágrimas de las hojas que duermen calladas y en silencio. Avanza esta Cuaresma de noviembre que nos llevará al Adviento. En noviembre, las ausencias aún siguen marcando memoria y recuerdos.
Noviembre de anocheceres tempranos que barruntan la llegada del invierno. Noviembre que sabe a enagua de camilla. Mientras los cristales de las ventanas, en el relente de la mañana, lloran por dentro.
Fuente: https://www.facebook.com/manuel.garciacienfuegos