POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)
En el transcurso de esas semanas centrales de la época estival, cuyo comienzo y final aproximado, si hablamos de Nava, podríamos encajar entre el Festival de la Sidra, a principios de julio, y la fiesta patronal de San Bartolomé, a finales de agosto, hemos podido disfrutar, en general, de buen tiempo, e incluso, junto a días más propios del otoño, soportar otros de calor agobiante.
Queda esperar que esta benigna climatología ayude al adecuado desarrollo del fruto en las pomaradas, pues, según manifiesta mi amigo José María Díaz, experto y veterano titular de estas explotaciones, “cuando llueve ahora, en agosto, están lloviendo kilos de manzana, decían los antiguos”. Y feliz maduración deseamos también a las hermosas peras que colman el peral que el párroco de Ceceda, nuestro estimado D. Diego Riesco, tiene en Clavillas, en la huerta junto a la casa, en la que, por haber, hay hasta una pequeña capilla.
Pero también el tiempo, juez inapelable, ha determinado que sean varios los vecinos de este concejo que no estén con nosotros para cuando maduren las manzanas. Así, el día 11 fallecía en Oviedo, a los 82 años, Juan Victorino Martínez Martínez “Victor”, natural de La Corva (Tresali), que recibió sepultura en Pola de Siero, y el 12 lo hacía Abelardo Palacio Díaz, natural de Sariego y vecino desde hace mucho tiempo de Verdera (Cuenya), en cuyo cementerio parroquial descansa. Abelardo contaba 90 años.
El 17 lamentamos la pérdida de otros dos vecinos; Lidia y José Antonio. Lidia Iglesias López, 90 años, era viuda de Francisco Teja González, de Villa (Nava), y no está de más recordar que Francisco, durante bastantes años, estuvo al frente de un taller de fabricación de alpargatas, artesanía que tuvo cierta importancia en otras épocas, y por la que nuestro concejo era conocido. Por su parte, José Antonio Sánchez Díaz “Antón”, que tenía 66 años, era natural de Sierra, parroquia de El Remediu, y vecino de Cezosu (Nava).
Y el 18 nos dejaba Benjamín González Martínez. Como es sabido, el día 17, al mediodía, se produjo un incendio en un edificio de la calle Villabona de esta localidad, cuyas consecuencias afectaron de gravedad, principalmente, a Benjamín, originando su ingreso en el HUCA. Los daños sufridos resultaron de tal importancia que, finalmente, no consiguió superarlos, expirando al día siguiente. Benjamín, natural de Buyeres (Nava), tenía 86 años. Como tantos otros jóvenes navetos, Benjamín había emigrado a la República Argentina, donde contrajo matrimonio. De regreso a su tierra, se ocupó en el ramo de la hostelería, regentando el Restaurante El Polesu, en Sama.
Hay también, en este apartado, una larga lista de emigrados navetos que, después de volver de tierras argentinas, se asentaron en Asturias y dieron muestras de competencia y profesionalidad bien conocidas en el gremio hostelero. Pues bien, de ese listado, por fortuna amplio y brillante, quiero recordar hoy a tres amigos que ya descansan para siempre, como fueron; Angelín Parajón, Alfonso Fernández, el de Sienra, y Jacinto Ángel Blanco, “Chinto el de Ali”.
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20160830 La Nueva España Pag 10 Tiempo de verano
Fuente: Diario LA NUEVA ESPAÑA. Oviedo, 30 de agosto de 2016