POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Un lector amigo, Xuacu Álvarez Peláez, me invitaba ayer a que en mis «Histories…» «impartiera un máster sobre sabañones», dolencia que el recordaba con sufrimiento.

Para empezar, y como es mi norma, les contaré un cuentín.

Erase un paisano de Colunga que, al padecer una hinchazón dolorosa en el dedo pulgar de una mano, vino a Gijón a consultar con un especialista. Este, al ver el asunto», le dijo: ¡Oiga! ¿Qué quiere que haga con esto? Y dirigiéndose a la enfermera, apuntó: «Mire a ver qué pomada hay por ahí y désela; no importa cuál porque eso se cura solo».

Ni que decir tiene el enfado del paciente ante tal desfachatez, que así criticó por lo bajo: «Ya lo sabía yo; esto quítase , no ye como lo feu».

Pues esta anécdota, que fue verídica, nos sirve de entrada para entender la realidad de los SABAÑONES y de su tratamiento en nuestra «melecina colunguesa».

Los SABAÑONES (Perniosis o eritema pernio) consisten en una inflamación de los vasos sanquíneos de la piel en manos, pies, orejas…cuando se exponen repetidamente a temperaturas muy frías como sucede en días invernales.

Estas inflamaciones se manifiestas con un color rojizo que a veces tira a azul oscuro, picazón intenso, ampollas…que, al rascarlas, pueden causar heridas y, «de paso» ser «foco» de posibles infecciones.

La causa de estas inflamaciones tiene una explicación física: los pequeños vasos sanguíneos de la piel se contraen con el frío; después, al calentarse algunos de ellos, se dilatan y permiten un mayor caudal de sangre, cosa que impiden los que aún no se expandieron y que, comportándose como un «cuello de botella», dan origen a la hinchazón.

¿Cómo «remediar» las molestias, generalmente no graves, de los SABAÑONES?

Primera respuesta: Se curan solos, si se tiene la precaución de salir de casa protegidos del frío con ropas cálidas, guantes, bufandas, pasamontañas… Conviene evitar ropas y calzados muy ajustados, andar por la nieve sin calzado adecuado, manejar hielo sin protección en las manos, etc.

Segunda respuesta: como yo me crié con vieyos (con muchos vieyos y vieyes) y de ellos «deprendí munches coses»; y como «nenu de la posguerra» supe y padecí de dolencias ahora desconocidas, entre ellas de SABAÑONES, pues estos son los remedios que conozco:

1.- Va muy bien frotar la parte afecta con RODAJAS DE NABO (cosa que aconsejo por ser Cofrade de Mérito de la Cofradía de Amigos de los Nabos, de Morcín) o con rodajas de limón.

2.- Puede bañarse («untar») la zona del eritema con ACEITE DE ROMERO, que me enseñaron a prepararlo así: En una jarra con unas dos o tres tazas de aceite de oliva se echan dos buenos puñados de romero verde. Maceran en reposo y a la sombra o lugar oscuro durante 10 días, se filtra y se conserva en frasco.

3.- Untar la parte afectada con una pasta ligera hecha majando en un mortero media cebolla picada muy fina, una cucharadina de sal y miel.

Aunque, ya les digo, lo mejor es abrigarse; proteger manos, pies y orejas y comer caliente, sabroso y que «furna». Y si el sabañón pica o escuece, NO RASQUEN. Pueden producir heridas y posteriores infecciones.

Y como decía aquel otro: «¡Ajo, agua y resina! «. Que debe interpretarse así en plan grosero, pero eficaz: «A jodese, aguantase y resinase». Al fin y al cabo, «ESO QUÍTASE, NO YE COMO LO FEU».