POR ANTONIO VERDÚ FERNÁNDEZ, (1988) CRONISTA OFICIAL DE JUMILLA (MURCIA)

Tengo en mi archivo un documento de D. Luís Morote, sacado del libro publicado en el año 1900, titulado “La Moral de la Derrota”, en cuya segunda parte, en sus páginas 115ª la 133, trata sobre “El problema Nacional”. Se inicia el documento comentando un ejemplo citado por Emilio Castelar en el periódico “El Liberal”, donde resalta la “Proclama” sobre Jumilla en el año 1873, que dice así:

«Jumilla desea estar en paz con todas las naciones extranjeras; y sobre todo con la nación murciana, su vecina; pero si la nación murciana, su vecina, se atreve á desconocer su autonomía y á traspasar sus fronteras, Jumilla se defenderá, como los héroes del Dos de Mayo, y triunfará en la demanda, resuelta completamente a llegar en sus justísimos desquites hasta, Murcia y a no dejar en Murcia piedra sobre piedra.».

“Proclama” de dudosa realidad, ya que a no ser que se arrancaran las hojas del libro de Actas Municipales de Jumilla, entre junio y julio de 1873, que fue cuando se quiso aprobar el federalismo, puedo afirmar, que el ayuntamiento en pleno no hizo ni aprobó nada de lo que se acaba de leer.

La proclama existe, pero parece ser que fue una broma de unos estudiantes jumillanos en Valencia. Ese pergamino fue extendiéndose tanto que al final se tomó como real. Madariaga dijo que era verdad; y Ortega y Gasset en ABC lo desmintió. Sin embargo ese mismo ABC en el año 1961 fue recogido en sus páginas, siendo entonces cuando se empieza a utilizar de forma machacona, cada vez que surge el tema nacionalista. Repito, en las Actas no se recoge nada de lo dicho.

Dice Morote, en 1900, ¡Jumilla, un pueblo de unos pocos miles de habitantes, deseaba vivir en paz con las naciones extranjeras, y la nación extranjera era Murcia! En aquel caso, el mal revestía la forma de una mueca arlequinesca, en otros sitios se presentó y puede volver á presentarse con cara de tragedia. Y siempre que por cualquier motivo hemos atravesado una situación difícil, la dolencia interior, no del todo curada, ha salido a la superficie para espanto y tristeza de cuantos aman á España.

Y casi siempre también han sido faltas de los gobernantes las que han avivado ese rescoldo que, convertido en incendio, haría imposible la vida de la patria, dividida en pedazos infinitesimales.

Olvidan los gobiernos, más de lo que es menester, las condiciones étnicas del pueblo español. Estas son las que hemos de estudiar, teniendo presente la máxima antigua de que la salud de unión y de concordia se marcha por arrobas (muy pronto) y se recobra por adarmes, (en cantidades mínimas) o sea, las cosas se rompen fáciles, pero cuesta mucho volver a recuperar la normalidad de las cosas.

Añade: Entre la cordillera de los Pirineos y tres mares con comarcas divididas por profundos ríos y montañas elevadísimas, con una gran variedad en el clima que solo tiene igual en la de las producciones de su suelo, con la dificultad que el terreno presenta para, mantener relaciones entre los habitantes de cada región, con la carencia de comunicaciones, pues aún hoy en muchas partes se hacen por los caminos que nos dejaron los romanos, con todas estas condiciones que conducen á la creación de hábitos, costumbres, ocupaciones, lenguaje, intereses, creencias, ideales y hasta sentimientos diferentes, España parece por la naturaleza fabricada para contener otras tantas sociedades, otros tantos pueblos, otras tantas pequeñas naciones. Es un pueblo España, uno y múltiple como su estructura geográfica.

Sigue explicando el largo desarrollo histórico de los pueblos de España para ser como somos, y termina diciendo que, hay algo en común, que forma la unidad, y es la persistencia del carácter del pueblo español, que podemos sustentar como que somos diferentes, pero al final siempre estamos unidos. Así somos nosotros.

De esta manera ha ejercido permanente influencia en nuestra historia, y puede decirse que todavía la ejerce, porque las cualidades predominantes del carácter español consisten aún en una prodigiosa fuerza de resistencia, acaso no igualada por los pueblos que nos aventajan en iniciativa, y en un sentimiento de independencia indisciplinada que nos esteriliza cuando no acierta á vigorizarle un organismo jurídico que concierte la energía de la libertad individual con el orden y la fuerza de la asociación.»

Antonio Verdú Fernández. .Cronista Oficial de la Ciudad de Jumilla. 6 marzo de 2017

Escudo oficial de Jumilla. ¡ El que figura en la Proclama nunca lo fue  Proclama de la  Nación de Jumilla  en 1873

Jumilla desea estar en paz  con todas las naciones extranjeras y sobre todo, con la nación  murciana, su vecina, pero si la nación murciana, su vecina, se atreve a desconocer su autonomía y traspasar sus fronteras, Jumilla se defenderá como los héroes del 2 de mayo y triunfará en la demanda,  resuelto completamente a llegar en sus  justísimos desquites hasta Murcia y no dejar en Murcia piedra sobre piedra.

LA NACIÓN JUMILLANA

Tengo en mi poder el panfleto que durante tantos años ha servido para hacer pensar que Jumilla se proclamó Nación. Puede pensar si ve esa «proclama», que efectivamente creerá sin ninguna duda que Jumilla se declaró Nación. Pero también se estará preguntado… ¿fue real lo que leo?. Si no lo es… ¿cuál es el engaño?

Si esa «proclama» fuese verdad, como primer argumento tengo que señalar, que el documento estaría reflejado en las Actas Municipales de aquel año, o al menos alguna discusión sobre lo que pretendían hacer.

También estaría firmado por el Alcalde y el ante mí del escribano. He buscado y releído varias veces en el año 1873, y puedo afirmar, con amplio conocimiento de causa, que no aparece nada al respecto.

Sí es cierto, que Murcia, así como Jumilla, según se refleja en la lectura de las Actas de ese año, era partidaria del federalismo republicano de Francisco Pi y Margall, pero de ahí no pasaba su pensamiento político. Si fuese verdad la «proclama», la misma estaría al menos firmada por el Alcalde o entidad representativa del colectivo ciudadano.

El día 17 de julio de 1873 fue cuando se presentó a las cortes constituyentes un proyecto de constitución federal que no llegaría a promulgarse, ya que Salmerón se hizo cargo de la presidencia del gobierno el día 18 de julio de ese año.

Si Pi y Margall había tomado posesión de la presidencia el día 11 de junio de 1873 y cesó el 18 de julio, solo tuve que examinar con sumo detalle el tiempo transcurrido entre esos días y no hay nada relacionado con el tema.

Lo cierto es, que esa «proclama ha creado en la opinión pública un imagen de los jumillanos muy distinta a la realidad, por lo que si me lo permiten, quisiera explicar de una manera muy simple, el engaño que motivó el que estemos siempre reflejados en cualquier artículo de prensa que toque el tema nacionalista o autonómico.

Corría el año 1960 -por cierto muy lejos de 1873-, cuando a una persona que tenía que ver algo con la Casa regional de Murcia en Valencia, por entonces regida por jumillanos, se le ocurrió gastar una broma, que no fue otra, que realizar en un pergamino todo lo que pueden ver y leer en la «proclama».

El pergamino se lo enseñó a unos amigos, y éste fue corriendo de unos a otros extendiéndose tanto, que al final lo tomaron por real. Por 1961 fue recogido en las páginas del «ABC», siendo después de esta publicación cuando se empieza a utilizar de una manera machacona, siempre que hay algún tema de esta índole. Como pueden suponer, el engaño fue tomando carta de naturaleza en todas esas publicaciones, que yo quisiera saber cómo podremos quitarnos de encima el San Benito de que Jumilla fue Nación. Incluso en una película “Las Autonosuyas”, es puesta como ejemplo cuando quieren conseguir una autonomía.

Por citar algunos artículos que tengo en mi archivo, señalaré como ejemplos los siguientes: «La Verdad», 15 de mayo 1977 en «Respuesta de Galiana».- «La Verdad», 16 de octubre de 1979 en «La guerra de las dos banderas»,- «Ya», 26 de noviembre de 1983 en «El nuevo invento de la Provincia»,- «El Alcázar» 15 de mayo de 1983 en «¡Viva Cartagena!».- «ABC», 31 de mayo de 1984 en «Poeta en Moscú»…

No señores, Jumilla, ese pueblo Muy Noble y Muy Leal no ha sido nunca Nación, pero se sigue utilizando…