POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Farsa, tragedia, esperpento, entremés, sainete, “paso”, marioneta, bululú, títere, astracán, retablo, auto, tablado, comedia… todo es teatro, teatro.
Teatro es la vida infame o feliz que nos montamos o nos montan cada día sin apenas enterarnos. Teatro es la prosa o verso de los autores pasmados. Teatro son los escraches. Teatro son los desahucios. Teatro es el Parlamento que nos mantiene embobados con sus tramas delegadaso séase, por encargo.
Teatro es zarzuela y ópera, ballet, danza, circo y “cuadro”. Teatro es arte y mentira juntos como por ensalmo…
En el carro socorrido de las leyes del teatro los cómicos de la legua
y de la lengua ensayamos. Teatro es Esquilo, Eurípides, Aristófanes, Menandro. Teatro es Plauto, Terencio, Séneca, Apuleyo “el asno”, Pirandello, Bertoldt Brecht, Lope, Calderón, “Don Álvaro”, Moreto, Zorrilla, Lorca, Moratín y los Machado, Echegaray, Benavente, Unamuno, el Valle hidalgo, Zorrilla, Lorca, Galdós, Arniches, Alfonso Paso, Muñoz Seca, los Quintero, Jardiel y Casona aunados, Buero, escaleras arriba, y aquel que… “Del Rey abajo…” a ninguno suponía libre de cuentas y engaños.
La vida es, en consecuencia, teatro, puro teatro.