EL CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD, JUAN JOSÉ LAFORET, RESALTÓ EL PAPEL QUE JUGÓ LA LUZ, COMO BALUARTE DEFENSIVO DE LA CIUDAD, DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII
Fueron los vigilantes apostados en la Montaña del Vigía los primeros que divisaron con las primeras luces del alba como se acercaba a la bahía de Las Isletas la flota corsaria comandada por Francis Drake y John Hawkins. Era el 6 de octubre de 1595. La escuadra estaba compuesta por 27 navíos y más de 3.000 hombres listos para invadir y saquear la ciudad y proseguir su viaje a San Juan de Puerto Rico y Panamá. Pensaron que sería muy fácil derrotar a los isleños, pero se equivocaron. Ni siquiera pudieron desembarcar y tuvieron que salir a escape.
Una avanzadilla compuesta por milicianos sin experiencia de combate, dirigidos por un puñado de artilleros, fueron los artífices de la victoria sobre el invasor inglés, a la que se conoce como La Naval y que todos los años se conmemora como símbolo del heroísmo de aquella gente.
El Regimiento de Artillería Antiaérea número 94 celebró ayer una parada militar en los exteriores del Castillo de La Luz en la que se conmemoró la victoria y se rindió homenaje a los soldados y vecinos que impidieron la invasión.
Según el coronel Carlos Castrillo Larreta Azelain, comandante del Regimiento de Artillería y Alcaide del Castillo, fueron dos los motivos principales que provocaron que la batalla se inclinara a favor de la ciudad. «Ambos forman parte de la esencia de la artillería y son la fuerza moral y la capacidad técnica», señaló Castrillo, quien destacó la hazaña del cabo Negrete, que «tirando primero a bala rasa a los navíos y lanchas y disparando docenas de balas de mosquete más tarde, según se aproximaban las lanchas invasoras a tierra, sembró la confusión y la muerte. Se enfrentó con once piezas de artillería situadas en el Castillo a seis galeones con cincuenta cañones cada uno, y salió victorioso». A juicio de Castrillo, el invasor «subestimó el coraje, las virtudes y los valores del pueblo al que se enfrentaba. Según narra Bartolomé Cairasco de Figueroa, las previsiones de Drake con respecto a nuestra capacidad de defensa fueron excesivamente optimistas e incluso despectivas. Pensaba que no había defensa y que en esta tierra vivía gente ociosa y regalada y sin experiencia».
El cronista oficial de la ciudad, Juan José Laforet, resaltó el papel que jugó La Luz, como baluarte defensivo de la ciudad, durante los siglos XVI y XVII, «cuando la artillería y los artilleros se debieron emplear a fondo, frente a los reiterados ataques tanto de poderosas armadas de países enemigos como de corsarios y piratas de muy diversa procedencia».
Valentía
En palabras del alcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo, aquella «valerosa defensa de la ciudad supuso un capítulo importante en la historia que nos ha forjado como una ciudad cosmopolita».
El acto conmemorativo se inició con un desfile de un batallón de Artillería, después de lo cual fue depositada una corona de flores en el monumento en honor al capitán Zerpa, el cabo Juan Negrete, los artilleros Pedro Bayón y Bartolomé Martín, Diego Ternados, López Millán y Juan Calzada, así como el polvorista Antonio de Valenzuela, que lucharon con sus cañones desde el Castillo de La Luz.
Otras autoridades militares presentes en el acto fueron el delegado de Defensa en Canarias, Luis Salvador Gómez Guillamón; el coronel jefe de la Base Aérea de Gando, Fernando Torres San José; el jefe del grupo cuartel del Mando Aéreo de Canarias, Ricardo Cano García; el jefe de Infantería Canarias-50, Juan Ángel Bote Paz, entre otros.
También asistieron los concejales Mario Regidor, Luis Zamorano, Prisco Navarro y David Suárez.
Fuente: https://www.laprovincia.es/ – T.G.