POR JUAN FRANCISCO RIVERO DOMÍNGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS BROZAS (CÁCERES)
La ciudad de Tomar situada en el centro de Portugal es una de las ciudades más interesante de este país. Veamos porqué.
Lo más atractivo de Tomar es el Convento de Cristo declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad, y que merece la pena visitar con detenimiento, situado junto al castillo templario de Tomar dentro del Parque Nacional de los Siete Montes, también propiedad de esta orden del Temple. Hoy es un lugar ideal para pasear y estar en contacto con la naturaleza.
El castillo fue mandado construir por el maestre de los templarios don Gualdim Pais en el año 1160 a imagen de los castillos de Oriente Medio. Aquí comenzó la villa de Tomar. Integrado en el antiguo castillo se halla el Convento de Cristo, con su singular charola, una impresionante girola de la primitiva iglesia templaria levantada en el siglo XII. Es de gran riqueza artística. Se dice que los templarios asistían a misa montados en sus caballos, pues confirma una estructura militar cilíndrica para proteger el Sagrario.
Este convento es muy grande, con cinco claustros a cual más bonito y singular y en la parte posterior del templo donde se halla la charola está la ventana más bonita del mundo, según los portugueses.
Ya en la ciudad hay numerosos monumentos, pero destacan tres lugares: la iglesia de Santa María do Olival, del siglo XIII y construida sobre un monasterio benedictino y que fue panteón de los caballeros templarios, la sinagoga, un templo hebraico con elementos originales del tiempo de la expulsión de los judíos de España y Portugal en el siglo XV y muy cerca de la rueda del Mouchao, en el río Nabao, está el complejo cultura de Lavada, donde antiguamente había molinos para moler cereales y lagares para moler aceitunas y sacar el aceite.
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