POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
La Audiencia condena a Messi a la cárcel por estafarnos a base de patadas y le reprocha su “ignorancia deliberada”, ser tonto adrede, en cierto modo un piropo que yo, caso del futbolista, agradecería, aunque lo mentecato fuera atenuante. Son comunes las protestas de quien se rasga las vestiduras porque el Partido Popular ganó votos en las localidades donde más se embarraron sus políticos, pero pocos se asombran de que Messi gane, casi sin querer, 55.000 euros diarios, y el Barça, buque de insolidaridad de empadronados independentistas, aumente cada temporada el número de socios. Y eso que el fútbol era un invento franquista. Por envidia deliberada y porque su sueldo no tiene un pase, yo haría cumplir a Messi su condena aunque fuera fato, incapaz de sacramentos. Sé que existen en torno a él miles de empleos inducidos, pero aún es mayor el desempleo que lo ampara.
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