POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
En Tornavacas me pregunto ¿acaba aquí o principia Extremadura? Tierras solemnes donde se desliza el gozoso Xerete (Jerte, aguas cristalinas, valle angosto). Aquí se escuchaban las esquilas del ganado en tiempos de trashumancia. En Tornavacas, al caer la tarde, los toques de ánimas rezan a vivos y difuntos. En esta villa, el 11 de noviembre de 1556, descansó Carlos V camino de su retiro hacia Yuste, en la casa de Iván Méndez Dávila, criado de Su Majestad, que así reza labrado en el dintel pétreo, en la calle Real de Abajo. Caminos de piedra. Caminos antiguos de esta hermosa tierra. Caminos de aguas pletóricas que saltan y corren. Alegres fábricas de espumas. Gargantas que bailan al son del agua. Fría agua. Pura sierra a un lado y otro. Umbría y solana. El río es el Génesis, origen, principio y ser de todo.