POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
En noviembre de 1907, se desplazó a Madrid el gerente de la Compañía Arrendataria de las Salinas, Manuel Guasch y, acompañado de Joaquín Chapaprieta, realizó gestiones encaminadas a la consecución de la construcción del puerto de Torrevieja.
A comienzos de 1908, con el apoyo del político hijo de Torrevieja Joaquín Chapaprieta Torregrosa, se volvió a concebir la esperanza de disfrutar en un plazo muy lejano de un puerto, esta vez construido por el Estado. La jefatura de Obras Públicas de Alicante trabajó con celo y actividad. Después de tomar los necesarios datos de campo, se formó el plano general con las curvas del sondeo. Por el celo y actividad demostrados se hizo acreedor de gran parte del trabajo el ingeniero Antonio Sanchis, que desde un principio sintió verdadero interés por la idea. Semanas más tarde, en vista del trabajo acumulado en la jefatura, se nombró encargado del estudio y de los datos necesarios al reputado ingeniero Ramón Montagud, medida que auguraba que las obras de construcción comenzarían en pocos meses.
Pero en marzo, la comisión del Senado aprobó el proyecto de construcción y explotación del puerto y rada de Torrevieja ratificando su concesión a perpetuidad a favor de Ladislao Manuel de León y Oucins. Los empresarios de la comarca fueron conscientes de que si se llevaba a cabo la obra con capital privado las tarifas serían tan elevadas que harían prohibitivas las operaciones de carga y descarga para los comerciantes.
La noticia causó gran indignación en la comarca al considerarse que el proyecto era perjudicial a los intereses regionales, teniendo como consecuencias manifestaciones de protesta, teniéndose que concentrar fuerzas de la Guardia Civil, para evitar manifestaciones enfrentadas en contra y a favor del puerto, prohibiendo el gobernador civil celebrar manifestaciones en ninguno de los sentidos. Los capataces de la compañía arrendataria de las salinas recogieron firmas de los obreros de los pueblos cercanos –especialmente de Los Montesinos y San Miguel de Salinas- abogando por la construcción del puerto, abogando que sería beneficioso para toda la comarca, sobre todo para los efectos de exportación.
Un grupo de personas de Torrevieja enviaron para su publicación al diario ‘El Liberal’ la siguiente carta:
“Sr. Director de ‘El Liberal’ de Murcia
Muy señor nuestro. En contestación al telegrama inserto en su digno periódico del día 26 del actual, en el que se protestaba enérgicamente sobre el fallo dado por la comisión del Senado sobre el proyecto del Puerto de esta rada, han aparecido en los periódicos ‘El Diario’ y ‘La Tarde’ de Alicante y ‘Región de Levante’ de esa unos telegramas inspirados por políticos de esa localidad y firmado el uno por un señor forastero ajeno por completo a los intereses de la localidad, y los restantes, aunque no firmados, se supone por la total desfiguración de los hechos, no están inspirados seguramente por ningún torrevejense.
La demostración de cuanto llevamos dicho se patentiza con los hechos siguientes:
Cuando se tuvo noticia en esta de la aprobación del referido proyecto por la comisión del Senado se acudió a esta alcaldía en solicitud de celebrar una gran manifestación de protesta contra el citado fallo, por creerlo perjudicial a los intereses de esta región, solicitud que fue desestimada alegando temores de alteración de orden público, lo cual está demostrado por la concentración en el día de hoy de las fuerzas de la guardia civil de toda la línea.
Ahora bien, señor Director, si esos telegramas son reflejo de la verdad; si la inmensa mayoría de la población demuestra su júbilo por la aprobación del Puerto y por lo tanto quedan en minoría los que protestan, ¿a qué temen las autoridades? ¿a qué ese alarde de fuerza contra un enemigo débil y caso invisible, según ellos? Además, ¿dónde están las manifestaciones de júbilo de que se hacen esos corresponsales? Aquí nadie lo ha notado.
En demostración de los dicho y de la falsedad que se hacen eco los telegramas a que antes hacemos referencia, podemos asegurarles que hoy se eleva al Senado una exposición suscrita por millares de firmas y de cuya autenticidad respondemos pidiendo a dicho alto cuerpo no apruebe el tan ‘beneficioso’ proyecto, habiéndose dirigido telegramas en el mismo sentido a los señores Presidente del Consejo de ministros de Fomento y senador señor Polo.
Lamentamos ser extensos y privar a los lectores de ese periódico de un espacio en sus columnas que sea para ellos más interesante, pero como el asunto es de gran importancia a los intereses de esta localidad, ligados tan directamente con esa hermosa ciudad, y tratamos de poner los hechos en su lugar, le suplicamos dispense a sus affmos., Manuel Torregrosa, G. Torregrosa Sala, Pedro Ballester, José Inglada, Ramón Caro, Gerónimo Carbonell.”
En el fondo subyacían dos tendencias políticas y dos proyectos para la construcción del puerto. Por un lado por cuenta del Estado, apoyada por Joaquín Chapaprieta Torregrosa, por el contrario Trinitario Ruiz Valarino pedía la concesión para unos particulares y amigos. En resumen una larga lucha entre dos tendencias políticas ‘Chapistas’ –seguidores de Joaquín Chapaprieta- y ‘Trinistas’ –incondicionales de Trinitario Ruiz Valarino.
Los trabajos para la construcción del puerto debían comenzar antes de los seis meses. Claro que no se tenía en cuenta que el promotor, Ladislao Manuel de León y Oncins, era un topógrafo empleado en el Ministerio de Fomento, que se ofrecía a trabajar para cualquier proyecto de ley como un ferro-carril económico de Alcoy a Gandía (1886) que no llegó a poner en funcionamiento.
(Continuará)
Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 24 de octubre de 2015