TORREVIEJA… UN PUERTO DE NUNCA ACABAR (22)
Ene 30 2016

POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

Grupo de torrevejenses, encabezados Diego Hernández Illán (detrás, con barba), dispuestos a pedir el puerto para Torrevieja. / Foto cedida por F. Rebollo
Grupo de torrevejenses, encabezados Diego Hernández Illán (detrás, con barba), dispuestos a pedir el puerto para Torrevieja. / Foto cedida por F. Rebollo

El 30 de septiembre, se reunieron en el Círculo Mercantil el ex diputado Díez de Revenga, acompañado del secretario de la Junta de Defensa, Jaime Llobell y Alós, siendo recibidos por comerciantes, industriales, consignatarios y armadores.

A propuesta de Revenga se acordó intensificar la campaña pro puerto, rogando al gobierno que ordenara a la Jefatura de Obras Públicas de Alicante que, fuese excluido el ingeniero Julio Diamante de todo otro trabajo que no fuera el proyecto del puerto de Torrevieja. También se acordó que, cuando fuera oportuno, marchara a Madrid una representación numerosa de Torrevieja y de todos los pueblos de los distritos de Orihuela y Dolores, para visitar al rey Alfonso XIII, a los ministros y a las personas influyentes. También se proyectó celebrar una asamblea seguida de una manifestación, manifestándose muy activos en estos asuntos el exalcalde de Murcia Diego Hernández Illán y el presidente del Círculo Mercantil José Agulló Quesada.

A primeros de noviembre se comenzó a repartirse profusamente una hoja impresa que decía así:

TORREVEJENSES:

La quietud es la muerte: Trabajar todos a una por los intereses comunes, es hacer grande, próspera y feliz la tierra que nos vio nacer. Si aspiramos a llamarnos buenos hijos de Torrevieja, trabajemos por la construcción del puerto, que es nuestro problema magno; de él depende la vida o muerte de nuestro pueblo. La unión, la actividad y la energía, hacen grandes a los pueblos; seamos unidos, enérgicos y activos, para defender los sagrados intereses de nuestra Torrevieja, y resurgirá ésta, a la vida del progreso, libre y rica, de la miseria en que yace, y las generaciones venideras, agradecidas al beneficio, alabarán nuestra conducta, se honrarán con llamarnos sus padres, que los actos buenos de los padres, honran siempre a los hijos.

Hijos de Torrevieja, hermanos nuestros, acudid el próximo domingo día 7 de Noviembre, a las tres de la tarde, al paseo de Canalejas, de donde presidido por las dignas autoridades partirá en manifestación pacífica por todo el pueblo, al grito santo de ‘Viva el puerto de Torrevieja’ agrupados al amparo de la santa Bandera de nuestra España. Seamos todos uno en laborar por el puerto, y en el querer a Torrevieja, nuestra santa madre. Acudamos con fe y con entusiasmo, que de la fe, es siempre salvadora, y el entusiasmo, es la madera de donde nacen los héroes, que iluminan al Mundo con sus actos sublimes, y empujan a los pueblos hacia la tierra de promisión.

El objeto de nuestra manifestación es pedir amparo al rey y protección al Gobierno, y no dudar que la obtendremos que al par que nos dirigimos a corazones buenos, bondadosos y patriotas, la razón y la justicia están de nuestra parte.

Ciudadanos, gritemos todos: Viva España, Viva el rey, Viva Torrevieja, Viva el puerto de Torrevieja.- La Comisión.

El 7 de noviembre de 1920, aunque la manifestación pro puerto estaba anunciada para las tres de la tarde, desde las dos estaba ya invadido el paseo de Canalejas por una inmensa avalancha de gente ansiosa de exteriorizar su entusiasmo por en favor del puerto. Era materialmente imposible dar un paso por los andenes del citado paseo y sus aledaños.

Buques empavesados, edificios públicos engalanados y ánimos de gran aliento en los concurrentes dieron al acto un esplendor de gran solemnidad.

Allí estaba congregado toda el Torrevieja. Desde el alcalde Rafael Sala y el juez municipal Salvador García, hasta el más humilde hijo del pueblo, todo el clero; el ingeniero de las salinas, y todo el personal de las oficinas, talleres y demás elaboraciones de la sal; los cónsules de todas las naciones; comerciantes e industriales; tripulaciones de los barcos surtos en la bahía. Hasta los casinos, cafés y cervecerías cerraron sus puertas para que tanto los concurrentes a dichos lugares como las dependencias de los establecimientos pudieran sumarse a la manifestación.

A las tres en punto se muso en marcha, precediéndola varias banderas y estandartes, algunos con rótulos alusivos al acto que se celebraba.

Al frente, presidiendo iba el alcalde Rafael Sala, el cura párroco Benito López, el juez municipal Salvador García y Diego Hernández Illán, alma de ese movimiento, así como los presidentes de varias sociedades, Círculo Mercantil, Casino, etcétera. Después todo el pueblo.

El pueblo entero se puso en marcha, recorriendo el itinerario señalado previamente por la comisión organizadora: las calles de Lacy –actual calle Chapaprieta- y Quiroga –actual calle Ramón Gallud. Durante el trayecto se repitieron con frecuencia los vivas a España, a Torrevieja, a su puerto, al rey, a las autoridades y a la comisión organizadora.

Recorrido, llegó la manifestación a la Plaza de la Constitución, que estuvo repleta de gente, así como las diversas calles que daban acceso a ella.

Se asomaron al balcón del Ayuntamiento el alcalde y Diego Hernández, siendo ovacionados. Hernández Illán dio lectura a los telegramas que el alcalde iba a poner al mayordomo mayor de Palacio Real; al presidente del Consejo de Ministros; al nuevo ministro de Fomento, Luis Espada Guntín; al director general de Obras Públicas; a Emilio Ortuño, ex ministro de Fomento; al gobernador de la provincia; a Trinitario y Vicente Ruiz Valarino; y a Vicente Chapaprieta Torregrosa.

Después Diego Hernández Illán pronunció muy emocionado un discurso que tuvo que interrumpir varias veces por aclamaciones y vivas, y que sintetizado queda así:

Pueblo de Torrevieja: acabamos de realizar un acto grandioso y esperamos que, teniendo en cuenta los Poderes Públicos la razón que nos asiste, ha de llevarse a cabo muy en breve la realización de nuestros ideales, porque recordaréis y ahora lo recordamos todos que el señor Ortuño cuando nos visitó este verano quejo que era una ‘vergüenza nacional’ que Torrevieja no tuviera Puerto. Pero si los Poderes Públicos no atienden nuestras justas peticiones, creo no debemos ser como borregos, sino obrar como hombres conscientes y realizar incluso actos revolucionarios, porque está visto que solamente los actos ruidosos son los que conmueven a los gobernantes.

No vitorearme ni vitoreéis nunca a ninguna personalidad, pues mi único objeto es unir al pueblo como un solo hombre por el amor de los comunes que es el Puerto.

Aquí no queremos personalismos, ni política, nada de ‘tiquis miquis’, el pueblo unido y a la cabeza sus dignísimas autoridades para conseguir el Puerto y nada más que el Puerto. No deseo más vivas que estos: ¡Viva España! ¡Viva el Puerto! ¡Viva el Rey! ¡Viva Torrevieja! ¡Vivan sus autoridades! Y disolveos con el mayor orden después de gritar otra vez; ‘Viva el Puerto de Torrevieja!

(Continuará)

Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 30 de enero de 2016

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