TORREVIEJA… UN PUERTO DE NUNCA ACABAR (36)
May 14 2016

POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

Numeroso público recibiendo al ministro de Obras Públicas, Jorge Vigón, en el dique de Levante. / Foto: Diario Información
2.Vigón, 1962_Darblade
El ministro recibiendo las explicaciones sobre las obras de construcción del puerto. / Foto A. Darblade – Colección de F. Sala Aniorte

El miércoles, 17 de enero de 1962, procedente de Cartagena, el ministro de Obras Públicas, Jorge Vigón, acompañado de otras personalidades de su ministerio y de otras autoridades de la provincia, visitó el puerto de Torrevieja.

A las diez cuarenta y cinco llegó el ministro de Obras Públicas, Jorge Vigón, al límite sur del término municipal de Torrevieja.

Llegaba el ministro, después de haber pernoctado en Santiago de la Ribera, acompañado de los directores generales de Obras Hidráulicas, Puertos y Carreteras, los señores Briones, Roca y Mortes; por el subsecretario general de Obras Públicas, señor Couchoud; delegado del Gobierno en la Confederación Hidrográfica del segura, señor de la Calzada y el director de la misma, señor Albacete, y los gobernadores civiles de Alicante y Murcia.

Tras ser saludado por las autoridades y jerarquías provinciales y locales que le esperaban en el límite de la población. El alcalde Juan Mateo García, en nombre de la ciudad, le dio la bienvenida.

El ministro se trasladó al muelle de la sal, donde observó con detenimiento las funciones que allí se venían desarrollando en unas instalaciones mecánicas que habían permitido exportar, el año anterior de 1961, casi medio millón de toneladas de sal.

Juan Mateo explicó a Vigón la extraordinaria agilidad que prestaba el muelle al tráfico salinero, permitiendo la carga de cinco mil toneladas diarias. El ingeniero director de las salinas, Rocamora, continuó explicando detalladamente al ministro las enormes ventajas proporcionadas por el Muelle de la Sal y mecanización de las salinas, que pusieron a la explotación a la cabeza de las del mundo en cuanto a instalaciones. El ingeniero director del Grupo de Puertos de Alicante, Valeriano García-Martín Oviedo, hizo una exposición de las principales características técnicas de la obra, así como los elevados rendimientos de tráfico y económico del mismo. Tanto el ministro como Gabriel Roca, director general de Puertos, quedaron extraordinariamente satisfechos de la visita.

Con objeto de tributarle un recibimiento caluroso la alcaldía dispuso para ese día el cierre total –mientras que durara su estancia en la ciudad- de todo el comercio e industria, rogándole al vecindario que acudiera a la calle Ramón Gallud, a las nueve de la mañana, para rendirle un cariñoso homenaje y a la vez expresarle el deseo vehementísimo del pueblo de Torrevieja de obtener cuanto antes la concesión y construcción del muelle comercial, para contribuir a al resurgimiento económico de la ciudad.

La ciudad apareció engalanada, y en sus calles habían sido colocadas grandes pancartas con una petición que sintetizaba la inquietud de la ciudad: un muelle comercial.

Se trasladaron al muelle de Levante, pasando por la calles Ramón Gallud y Calvo Sotelo –hoy Azorín-, abarrotadas de gente que aplaudió entusiasmadamente al ministro. Estaban las calles engalanadas y atravesadas por grandes pancartas alusivas al tan deseado muelle comercial.

Cruzando el pueblo entre una multitud que le saludó con entusiasmo, el ministro de Obras Públicas se trasladó al muelle de Levante, donde en esos momentos se realizaban importantes obras de ampliación.

En el muelle de Levante los ingenieros de la empresa Bernal Pareja explicaron a Jorge Vigón las características de la enorme grúa recientemente montada, capaz de soportar pesos en su extremo que dictaba más de cuarenta metros de su base, de diez toneladas. También explicaron detalladamente la marcha de la construcción del reforzamiento que se llevaba a cabo en dicho dique. Por iniciativa del director general de Puertos se propuso a la empresa contratista la disminución del plazo de entrega de la obra – que era de ocho anualidades-, acordándose por ambas partes, en beneficio mutuo, hacerla en sólo cuatro años.

El gobernador de la provincia, indicó al ministro que en ese mismo lugar donde transcurrían las conversaciones era donde deseaba el pueblo de Torrevieja que se le construyese un muelle comercial, utilizado en beneficio de la comarca de la Vega Baja del Segura. Mateo explico a Vigón las características de dicho muelle, así como su coste, todo ello de acuerdo con la memoria valorada realizada por los servicios técnicos de la empresa Bernal Pareja. El ministro escuchó atentamente al alcalde y solicitó la conformación de los datos que este le expuso de Martín Oviedo, ingeniero director de este puerto, que respaldó en todo las explicaciones de Juan Mateo García. Moscardó Guzmán, conde del Alcázar de Toledo, intervino para hacer patente la conveniencia para Torrevieja de contar con un muelle comercial.

Se le dio cuenta de la aspiración local, sintetizada en la construcción, aprovechando la estructura del puerto, de un muelle comercial. Dada la importancia agrícola de la Vega Baja del Segura, comarca que exportaba anualmente frutos y hortalizas en cantidades muy importantes y de la que en Torrevieja su puerto comercial, debiéndose de considerar muy conveniente la instalación de unos muelles comerciales que encauzaran el tráfico tanto de exportación de los productos agrícolas como de importación de los abonos y demás mercancías de empleo necesario, estimándose esa obra en unos treinta millones de pesetas.

Jorge Vigón prometió estudiar la petición, si bien, posteriormente manifestó al gobernador que ya había ordenado realizar un estudio del muelle comercial de Torrevieja. El conde del Alcázar de Toledo se apresuró a trasladar al alcalde las palabras de Vigón.

Parecía que un viento de esperanza llamado ‘puerto comercial’ tendía filtrarse por la levantina costa torrevejense. Se presentaba la tan ansiada oportunidad de convertir en realidad las aspiraciones largos años acariciadas. Si se construía, muchas industrias surgirían en las cercanas vegas, teniendo cercana esta salida de embarque. Agencias, fábricas, almacenes, tinglados, etcétera brotarían de Torrevieja como anuncio feliz de una prosperidad.

El director general de Puertos solicitó del ingeniero director del Grupo de Alicante que le rindiera informe sobre la necesidad de construcción de un muelle comercial en el puerto de Torrevieja.

El Ayuntamiento de Torrevieja, presidido por Juan Mateo García, había facilitado a dicho ingeniero una serie de datos en los que se fundamentaba la petición por parte de la cooperación del muelle comercial. El expediente constaba de los siguientes documentos el 19 de enero de 1962:

1.º- Una Memoria.

2.º- Certificación del Ayuntamiento de Torrevieja comprometiéndose a aportar cien mil pesetas anuales para garantizar en parte la rentabilidad del muelle comercial.

3.º- Certificación del interventor del Estado en las salinas sobre la contribución mínima de la Compañía Arrendataria a las cargas del Ayuntamiento de Torrevieja.

4.º- Memoria valorada del muelle comercial realizada por los servicios técnicos de la empresa Bernal Pareja S.A.

5.º- Adhesiones de los ayuntamientos de la Vega Baja a la petición del de Torrevieja de un muelle comercial.

6.º- Certificación del acuerdo del pleno del VI Consejo Económico Sindical de Alicante.

7.º- Informe de la Caja de Ahorros de Nuestra Señora de Monserrate de Orihuela.

8.º- Carta traducida de la ‘Irish International Trading Corporation’ de Cork –Irlanda- para sus operaciones.

(Continuará)

Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 14 de mayo de 2016

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