EL CRONISTA DE ABARÁN (MURCIA), JOSÉ SIMEÓN CARRASCO MOLINA, SE ENCARGÓ DE ACERCAR EL CALOR Y EL AMOR A NUESTROS MAYORES MÁS NECESITADOS DE ESTOS DOS SENTIMIENTOS
El municipio de Abarán vivió este martes su fiesta más emblemática y tradicional. El Niño Jesús, de la mano de la Hermandad de Ánimas, volvió a visitar los alrededor de 5.000 hogares de la localidad en una tradición que hunde sus raíces en el siglo XIX.
Un total de 28 niños, ataviados con las mejores alhajas, visitaron primero a los enfermos en los hospitales y residencias donde hay ingresados vecinos del pueblo y después todas y cada una de las casas de una población que vive intensamente este día de Reyes.
Las primeras imágenes salieron de la parroquia de San Juan Bautista al filo de las tres de la tarde, peinando las periferias y zonas de campo, y el resto de la iglesia de San Pablo ya entrada la noche.
«El Niño Jesús entra en esta santa casa», dice el sacerdote tras cruzar la puerta de cada una de las viviendas. «Bienvenido sea», responden de inmediato sus moradores. Es un ritual que se repitió una y otra vez en Abarán y que iba precedido del sonido de una campanilla portada por el `animero´, nombre con el que se conoce al hermano que anuncia la inminente llegada del recién nacido.
Y al aspecto más religioso también hubo que sumar el más lúdico y festivo. En la calle, las charangas se pasearon por todo el pueblo mientras los vecinos se organizaban en cuadrillas para cantar villancicos. Además, los polvorones y algún que otro licor tampoco faltaron en una fiesta de gran hospitalidad y generosidad, ya que las casas permanecieron abiertas de par en par para todo aquel que quisiera entrar en ellas.
Casi 150 años de tradición
Aunque la primera acta registrada de la celebración del Día del Niño de Abarán coincidiendo con la festividad de Reyes data del año 1901, algunos cronistas sitúan el inicio de la fiesta hasta 50 años antes. Fue entonces cuando los religiosos decidieron llevar al Niño hasta los hogares de enfermos e impedidos de la villa. Con el paso del tiempo, la peregrinación se extendió a rodos los hogares y así ha perdurado hasta hoy.
La fiesta contiene un marcado aspecto familiar, reuniendo en una misma casa a varias generaciones de una misma familia. Así, el Día del Niño, las rencillas, si es que las hubiere, quedan aparcadas, reinando la unión y la fraternidad en todo el clan. Emotiva visita a los ancianos y enfermos
Uno de los aspectos más fraternales de la Fiesta del Niño se produce cuando la imagen de Jesús recién nacido llega a los hospitales y a las residencias de ancianos. En la Residencia de Personas Mayores y Centro de Día Nicolás Gómez Tornero de Abarán, el Niño acudió por la mañana y desató emociones.
El cronista de Abarán, José Simeón Carrasco Molina, se encargó de acercar el calor y el amor a nuestros mayores más necesitados de estos dos sentimientos.
Fuente: http://www.laopiniondemurcia.es/ – Claudio Caballero