MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN).
En una vieja publicación del año 1997 realicé un estudio del ayer y hoy del calendario Festivo Religioso en Villanueva del Arzobispo, al que he ido corrigiendo o añadiendo algunas tradiciones. En esta primera parte trato de aquello que hemos leído, escuchado o vivido en nuestros recuerdos.
Ceremonia llamada del “Desenclavamiento”
Se celebraba una ceremonia religiosa en unas eras, llamadas de San Francisco. Sobre un tablado de madera se colocaba un fondo de tela azul. Se subía al Cristo en procesión tenía lugar la misma. Era una tarde grandiosa en la Villa, donde pequeños y mayores, hidalgos y pueblo llano asisten emocionados. El momento culminante es cuando, tras quitarle los clavos al Cristo en la cruz, es bajado y entregado en brazos de las piadosas mujeres.
El obispo Fray Benito Marín (Obispo de Jaén 1750- 1769) prohibió este acto religioso: “Que en los días de Semana Santa se hace la ceremonia del desenclavamiento y entierro, y por el predicador se dicen expresiones que no responden con las acciones de los clérigos, que no estando estas expresiones aprobadas como no conformes a lo serio de sus ritos, mando que no se practique la ceremonia de desenclavar en el futuro, y que el predicador tome por asunto en sus oraciones el tema de la Soledad”.
El Cronista de Linares, D. Juan Sánchez Caballero, nos indica cómo esta ceremonia fue suspendida por mandato del Obispo Rubín de Ceballos.
Los Miércoles
Vuelvo a resaltar esta fiesta:
”El miércoles de ceniza, cuando el Carnaval tocaba a su fin, en la localidad existía la costumbre de vestir dos muñecos, rellenarlos de paja y colocarlos atados a unas cuerdas en los balcones, atravesando la calle. Por regla general estos muñecos representaban a un hombre y una mujer, agricultores y otros motivos. Así permanecían todo el día y, al anochecer, se descolgaban, eran apaleados y quemados en una lumbre, encendida en el centro de la calle.
Este rito simbolizaba la entrada de la Cuaresma, donde nos alejamos de la parte mundana del placer y diversión para entrar en el ayuno, el sacrificio y la oración”.
Recorrí otras localidades donde se realizaba esta o parecida ceremonia: Larva, Puente de Génave …
Desde la Corporación, concejalía y técnico de Cultura se mostró interés en recuperar la tradición y así se puso en práctica durante varios años. Hoy ya es un recuerdo: el sacrificio de elaborar estos muñecos, la lumbre… No sé si también los efectos del Covid han motivado que sea ésta una tradición perdida.
La procesión de las viudas
El sábado por la noche se celebraba la procesión de la Virgen de los Dolores. Acompañaban a la imagen filas de muchachas, jóvenes o mayores, vestidas totalmente de negro y portando un farol con una vela encendida.
Se piropeaba la belleza de las acompañantes. La nueva liturgia suprimió esta procesión en fechas no muy lejanas
Los Apóstoles
- Joaquín Muñoz pudo ser el impulsor de este grupo de doce apóstoles que, primeramente, acompañaban al paso del Prendimiento o Los Romanos. Ataviados al modo tradicional de aquella época, cada uno portaba un objeto que lo identificaba: las llaves, San Pedro; Judas la bolsa con las monedas (sufriendo los insultos de niños y mayores).
Posteriormente esta agrupación acompañaría a la Procesión de la Borriquilla.
La Guardia en los Monumentos
Los romanos eran una pieza angular en todas las actividades de Semana Santa. Al finalizar su procesión en la tarde del Jueves Santo montaban guardia ante el Monumento, realizado en la Parroquia. Cada hora, durante toda la noche, llegaba el Centurión, acompañado de cuatro romanos, quedándose de guardia y turnándose cada hora. Así hasta la salida de la procesión del Nazareno en la madrugada del Viernes Santo.
Apresamiento del sacerdote, predicador del Sermón de la Madrugada
En la madrugada del Viernes Santo un centurión, junto a varios soldados romanos, se dirigía a casa del sacerdote, cercana a la Iglesia. Una vez allí, le ataban las manos y lo llevaban “preso” para que ofreciera el Sermón de la Madrugada, con una duración extensa, hasta la salida de la procesión del Nazareno.
Guardia en la Vigilia Pascual
En la noche del Sábado Santo los Romanos permanecían de guardia ante el Altar Mayor. Con la muerte de Jesús, bajaban la celada de sus cascos. En el momento en que se producía la Resurrección de Jesús se tiraban al suelo, al originarse el milagro..
Las aleluyas
En la noche de Sábado de Gloria el novio guardaba la puerta de la novia. Si había tenido otro novio, pretendiente o alguien le tenía ojeriza, aprovechaban esa noche para ensuciar las puertas y paredes con excrementos, o le colgaban en las ventanas algún animal muerto. Eran las llamadas “aleluyas”. La obligación del novio consistía, por tanto, en vigilar durante toda la noche la puerta de la casa de su novia, para que al día siguiente apareciese totalmente limpia.
Pascua hoy
El domingo de Resurrección se visitaba a familiares o amigos. Se llevaban un par de roscos en el bolsillo y, al entrar en las casas, se elevaba un rosco a la altura del ojo, mientras se decía: “Pascua hoy, Pascua mañana, Pascua para toda la semana”; recibiendo así algún regalo (generalmente, roscos). Los más avispados llevaban juncos o cañas, donde iban colocando los roscos que les regalaban en la mañana del domingo.
Semana Santa Viviente
En el año 1995, la Comunidad Educativa del Colegio Público “Mercedes”, siendo su director D. Pedro Agudo, decidió celebrar durante los días de Semana Santa unas representaciones de los distintos pasajes de la Pasión: El huerto de los Olivos, el Prendimiento y Juicio a Jesús, el camino del Calvario, la Crucifixión y la Resurrección. La Plaza Mayor y las Eras del Calvario eran los lugares de las representaciones. Uno de los momentos culminantes era la Crucifixión, en las eras, logrando Antonio Fernández, como Jesús, uno de los mayores aplausos. Representaron también a Jesús otros villanovenses, Domingo Carmona en varias ocasiones ,una vez, corrió a cargo del joven Eloy García.. Los cuidados textos, la representación y los logrados escenarios cautivaron a cientos de personas, que asistieron a estas emotivas escenas.
Hubo años alternos en los que no se representaba. Llegamos así a 2009, momento en que se realizó el primero de los actos, el miércoles, en la Plaza Mayor. Una intensa lluvia impidió las representaciones al aire libre, por lo que tuvieron que trasladarse a la Casa de la Cultura. Domingo Carmona, despidió las actuaciones representado a Jesús.
Las dificultades en los montajes, el elevado número de personajes, y, tal vez, el no recibir las ayudas necesarias de los organismos oficiales crearon cierto desánimo; lo que acabó con uno de los proyectos, que, de haberse consolidado, podría haber llegado a las cotas más altas de presencia de visitantes.
El Bar Segarra: Museo de Pasión
Isaías Grueso Segarra regentó el bar, con este nombre, hasta el año 2017. Situado en un céntrico lugar, como es la Plaza Mayor, siempre fue un punto de encuentro; aunque en mayor medida llegado el período de Cuaresma.
Cofrade de sentimiento y ante la grave crisis de las Cofradías, Isaías colaboró en los años 70, junto a otros Presidentes, en mantener, cuidar y elevar el nivel de procesiones y agrupaciones.
En los años 80 colgó en las paredes del bar un cartel de la Semana Santa local y de algunas poblaciones vecinas. Comenzaron a llegarle carteles de Semana Santa de toda España y, el último año, reunió más de 350 de ellos. En la actualidad conserva una colección que supera los cinco mil carteles.
Después de muchos años con los muros del bar repletos de las más bellas imágenes, la cuales engrandecieron tanto la vista como el alma, en la actualidad las paredes del “Bar Segarra” permanecen silenciosas de Pasión.
Estos son algunos vagos recuerdos de las actividades que se celebraban en estos días y que van quedando en el olvido.
FUENTE: CRONISTA