POR PEPE MONTESERIN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Ya me gustaría contar cómo se conjuga el verbo picar y la primera persona del singular del pretérito perfecto de indicativo; o hablar, está de moda la moda, del piqué, doble tela de algodón cuya ligadura forma rombitos blancos; o hablar de Piqué Cervero, compositor tudelano, autor de la ópera “Ernesto duca di Sicilia”; o hablar de una de las mejores obras de Umbral, “Los botines blancos de piqué”, biografía de Valle-Inclán… pero no, hoy traigo a un futbolista, Piqué, que marcó un gol y lo celebró mandando callar al respetable, índice sobre nariz, silencio aquí estoy yo.
Por otra parte, cierta hinchada sportinguista, afrentada por otro gol, gritó en el Tartiere, sin contrastar la información, mierda Oviedo, puta capital.
Mano dura con uno y otros, eso no tiene un pase. Pero si abuchean en las gradas el himno de España y al Rey, y queman la bandera constitucional, aguanta mecha borricón.
Fuente: http://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/tragaderas.html