POR JOSÉ RAIMUNDO NÚÑEZ-VARELA LENDOIRO, CRONISTA OFICIAL DE BETANZOS, MIÑO Y PADERNE (LA CORUÑA)
No era preciso que la cerámica llamada talavera fuera originaria de la localidad de Talavera de la Reina, por tratarse de un término genérico aplicado a las sobrias lozas blancas de carácter popular, en especial a los platos, escudillas, fuentes, tazas, salvillas y lebrillos, que recordaba la fama adquirida por estos prestigiosos alfares toledanos, aunque tuvieran su origen en talleres de Murcia, Triana o Portugal. Otra cosa bien distinta sería atribuir la misma referencia al barro de basto o cacharrería, para reconocer la variante del vidriado, cuya tergiversación por talavera era simple consecuencia de la agnosia popular, quizás tan sólo por el brillo de su barniz, y utilizada en el sector de los menos favorecidos en donde imperaba el servicio de madera (Véase la entrada “La alfarería de Betanzos en el siglo XVII”, 2004).
La similitud con lozas portuguesas de semejante fábrica, si bien con diferente expresión decorativa, ha ocasionado en las tipologías monocromas confusiones de bulto sobre su origen. Buen ejemplo de ello, lo hemos localizado en el recuento de bienes por fallecimiento de Juan de Castro, vecino de la Calle de Abajo de la Pescadería (actual Calle de la Marina) de Betanzos, efectuado el 12 de abril de 1685, entre cuyos asientos figura:
“… Una hescudilla de Talabera fabrica de Portugal.
Un oratorio y en el una ymaxen de un Santo Cristo, otra de Nuestra Señora del Rosario, otra de San Antonio, otra del Anxel de la guarda, las imaxenes de barro fabrica de Ferrol y la Caxa de madera.
Una hescudilla de Portugal…”. (Archivo Notarial Coruña. Protocolo 523, folio 81, del escribano Pedro de Aguiar y Quiroga, del número de Betanzos).
Estos oratorios gozaban de muy buena aceptación, si consideramos el recuento efectuado en Betanzos, el14 de abril de 1646, por fallecimiento del mercader de paños Bernardo González de Parga, quien en vida había disfrutado de “…Un horatorio con cuatro figuras de los que sse fabrican en el Ferrol” (Ibidem. Protocolo 295, folio 206, del escribano Domingo Diaz Hermida, del número de Betanzos).
No es menos curiosa la subasta de bienes efectuada en Betanzos, el 3 de mayo de 1670, por fallecimiento del licenciado Rodrigo Fociños Noguerol, rector de Santa María del Azogue, en la que “Rematose en el regidor don Francisco de Puço y Aguiar quatro masetas de clabeles en treinta y dos reales”, supuestamente de barro (Ibidem.Protocolo 345, folio 58, del escribano Domingo de Amenedo, del número y ayuntamiento de Betanzos), y vasijas con plantas que dotarían de perfume y color a su casa de la Manzana de la Ruatraviesa, sita enfrente del lateral de dicha iglesia.
En la almoneda celebrada el 31 de mayo de 1657, por fallecimiento de María Gómez viuda del sastre Pedro Sánchez, vecinos que habían sido de Betanzos, su cumplidor “…Pusso en venta en la placa publica de dicha ciudad los vienes que se allaron aver fincado de la sobredicha…”, entre los que se encontraba “…Un jarro de barro bidriado de dos asas…”, que en dicha pública subasta le sería adjudicado, por doce maravedís, al licenciado Bartolomé González del Villar, cura y rector de la parroquial de Santiago (Ibidem.Protocolo 306, folio 75 vº, del escribano Domingo Diaz Hermida, del número de Betanzos).
Es de general conocimiento que hasta la segunda década del siglo XX, más o menos, la mayor parte del comercio entre Betanzos, La Coruña y Ferrol, se realizaba por vía marítima y Ría de Betanzos. Era una travesía conocida desde tiempo inmemorial por los mareantes del gremio de San Miguel, cuya cofradía había sido instituida en la iglesia parroquial de Santa María del Azogue, y corporación de la que sería nombrado el Alcalde de Mar, y por lo tanto sin problemas de navegación para tan avezados menestrales, salvo imprevistos contratiempos o albedrío de las fuerzas de la naturaleza (Remitimos a nuestro trabajo “Miscelánea de Mareantes: Crónicas de Cabildos del Gremio de San Miguel”, 2002).
Por designio de la Providencia o avatares del destino, el mareante Salvador de Castris habría de aparecer ahogado en la Ría de Betanzos, de regreso del puerto de La Coruña, hacia adonde se había dirigido a bordo de una dorna, tripulada en unión de otros dos compañeros, el 30 de octubre de 1706, con un flete de“talavera”. Tan pronto como arribaron al puerto de Betanzos, su mujer María López y sus hijas Antonia y María López, mayores de los veinticinco años, al comprobar que su marido y padre no había vuelto a casa, darían cuenta de su desaparición al teniente de Corregidor, quien ordenaría la prisión de sus acompañantes como sospechosos de su muerte.
El 25 de junio de 1707, la viuda y sus hijas formalizaban una escritura de confesión ante el escribano Pedro de Lago Alemparte, del número de Betanzos, para eximirlos de cualquier inculpación al respecto:
“… e Dijeron Uniformemente que por quanto el dia treynta de Otubre del ano pasado de mil setecientos y seis el dho salbador de castris, Pedro Cao y francisco da Modia, vecinos desta ciud, se embarcaron en una dorna en el Cais desta ciud con un flete de talavera en derechura a la Ciudad dela coruña y el dia primero de nobiembre de dho año, los dhos pedro Cao y francº da modia ambuelto en dha dorna y desembarcado en dho Cais a cosa de los nuebe de la noche, Y el dia seguiente las otorgantes allandose savidoras de como avian benido dhos Pedro Cao y francº da modia, y que dho salbador de Castris no avia ydo a casa, les preguntaron donde avia quedado, rrespondieron los sobre dhos que la noche avia sido muy hoscura y llubiosa, y que avian benido todos tres juntos en dha Dorna y que dho Castris avia sido el primero que avia salido y saltado de dha dorna, disçiendo disçiendo (sic) se yba a su casa, Y biendo como llieban dho no avia llegado a casa dieron qta (cuenta) al ssor (señor) theniente de Correxor (Corregidor) quien yço y folmino Caussa de oficio contra los dhos Pedro Cao y franº da modia y las otorgantes dipusieron sus declaraciones sospechando que los dhos pº Cao y francº da modia abian sido la caussa de la aussª (ausencia) de dho Castris quiça por pendençia que Ubieren thenido y el dia treinta de dho mes de nre (noviembre) fue allado su cadaber en la Ria que sube a esta Ciud en los terminos de la fra (feligresía) de sta. María de souto y conosciendo que dho Castris al tiempo de saltar de dha dorna entendiendo lo acia en tierra firme tienen para Consigo de toda çerteça lo aria en la mar y que lo Rapido de la Marea lo llevaria al sitio donde fue allado y que los dhos pº cao y francº da modia estan ynocentes y sin culpa alguna en cuya birtud y conozerlo y comfesarlo ansi suplican a su mercd La Justicia se sirba mandarles soltar de la carçel donde se allan Libremente y sin costa alguna… no lo firmaron por no saver y a su Ruego lo firmo Un testigos qe lo fueron Prestes Juan fernandes barca, francº fernandez barca hasturianos de la billa y puerto de Luanco Residentes en esta çiud y francº Pardo Vº della… Passo ante mi.[Firmado].Pedro de Lago.[Rúbrica].” (Ibidem.Protocolo 967, folio 47).
Según se ha podido observar, el documento antecedente es lo suficientemente claro para comprender lo sucedido, aunque nos quede la incertidumbre sobre la posible influencia del gremio y de las familias de los apresados en la confesión de la viuda y de sus hijas, y no dudamos que aquella trivial sociedad del barrio de La Pescadería, se afirmara en el presagio marinesco de que “O río do Mandeo cada ano leva o seu”.