POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Hay agrupaciones políticas que presumen de transversales porque sus miembros son variopintos, inclusive de ideales opuestos a la doctrina del partido, que no refleja ni de coña el mínimo común múltiplo de tamaña heterogeneidad. El abanico transversal alcanza a cualquiera que se atraviese, de la misma manera que el segregacionismo catalán acoge a la izquierda, a la derecha, a templados, destemplados, indignados de cualesquier contratiempo, inmigrantes en busca de papeles, empapelados, universitarios en trance, incendiarios, niños del recreo, flautines, tamboriles y balalaikas, cabezas de rata, colas de gata y, en fin, gallos que cantan su propio muladar. ¡Qué lodazal el de Cataluña! ¿Qué leerán esos críos criollos? Nos vino al pelo que los fanáticos de Éride relaten la Historia; ¡qué Cafarnaúm!, diría Josep Pla si levantara la cabeza, ¡qué transversal quijotada transferir Educación!
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