LAS JORNADAS FESTIVAS EMPEZARON EL SÁBADO DE LA SEMANA PASADA, CON UN PREGÓN A CARGO DEL CRONISTA OFICIAL DE LA CAPITAL GRANCANARIA, JUAN JOSÉ LAFORET
La romería ofrenda a San Lorenzo discurrió ayer con la ayuda y el jolgorio de los vecinos del barrio. A pesar de las pocas carretas y agrupaciones, decenas de personas realizaron el recorrido hasta la iglesia. La fiesta es una antesala del tradicional castillo de fuegos artificiales del próximo miércoles. Las tres carretas que participaron reunieron alrededor a los más fieles de la romería de San Lorenzo. Los más pequeños disfrutaron con la celebración festiva como si hubiese sido tan multitudinaria como en Teror. La inmensa minoría de los vecinos no faltó. Donde estarán todos será en la gran noche.
Los vecinos de San Lorenzo se volcaron con su romería ofrenda en la tarde de ayer. La mayoría de los participantes eran del pueblo y barrios adyacentes, por lo que otorgaron un carácter especial, cercano y entrañable a la fiesta. Un evento en el que todos se conocían y disfrutaron entre risas y comilonas. No obstante, el desfile estaba formado por tres carretas y tres agrupaciones folclóricas.
Mientras la gente llegaba a cuenta gotas, unos voladores dieron el chupinazo de salida a un pasacalles que «cada año va a menos,» según varios asistentes. Incluso, la Carretera General de San Lorenzo, por la que discurrió gran parte del recorrido, no llegó a cerrarse al tráfico completamente, por lo que la Policía Local se vio obligada a indicar a los coches que se cruzaban con los romeros a sugerirles que dieran la vuelta o esperaran en el arcén. A pesar de todo esto, aquellos que acudieron a la fiesta no dudaron en pasárselo bien.
Quien no faltó a su cita fue la burra Rosita. Diez años lleva el animal en la cabecera de la ofrenda al patrón de su pueblo. Ataviada con un gorrito de paja y una cinta de pelo rosa, iba cargada con dos cestas llenas de alimentos no perecederos; tales como galletas, cacao soluble, arroz o magdalenas. «Se porta estupendamente, se queda muy tranquilita y callada hasta llegar a la plaza», indicó Iván Quintana, su dueño. Le acompañaron su mujer, Gladys Denis, y su hija, Diana Quintana. Además de varias sobrinas y otros familiares que quisieron apuntarse a la fiesta un año más.
A lomos de Rosita iba un novato en esto de las romerías. Cartucho, un perro con menos de un año, se acurrucaba entre las montaduras del burro para intentar esquivar el ruido de los petardos. «Es su primera fiesta y estamos mirando a ver qué tal se comporta, pero está un poco asustado con los voladores», señaló Gladys. Los dos animales hicieron las delicias de los niños, pues muchos quisieron hacerse un selfie con ellos.
Alrededor de esta cabecera, Elsa García y otras mujeres repartían bollos de anís y rosquillas a todos los asistentes. «Vivo en Las Canteras pero nací y me crie aquí, no me pierdo esta fiesta nunca», apuntó García, mientras repartía sus dulces entre los niños.
Un recorrido muy dulce
Los participantes salieron desde la curva previa a la denominada carretera del Ebro, rumbo a la plaza de la iglesia. Entre cestas de pastas y huevos sancochados, la agrupación folclórica Cruz del Ovejero interpretó folias y malagueñas. Un poco más allá se abrieron paso las dos carrozas de la Asociación de Vecinos de San Lorenzo. Ambas fueron diseñadas por Juan Lola Suárez, un vecino que lleva toda la vida dedicado a estas fiestas.
Los alimentos y los chiquillos ocupaban el interior de las dos carretas de la localidad. En la primera, los niños estaban acompañados por una particular vaca, de cartón piedra, con quesos y lecheras. En la segunda, los mayores tomaban las previsiones de ron y bollos fritos para aguantar el camino.
Entre los grandes romeros que repartían comida estaba Josefa María Santana, quien repartía bocadillos de chorizo de Teror a diestro y siniestro. «Soy del Lomo Blanco, pero como si fuera de aquí, llevo muchos años colaborando para que las fiestas puedan ser una realidad», reseñó Santana, quien fue, además, hija predilecta del pueblo en 1999 junto a su marido, Jorge Ramírez, quienes llevan décadas implicados en el día a día de San Lorenzo.
José Moreno lleva quince años al frente de la agrupación folclórica Rayco, del Lomo de los Frailes, interpretó una isa parrandera al pasar junto al mercado agrícola del pueblo. A sus espaldas, el pequeño barrio de El Román tenía su propia carreta. Una vez más, los niños fueron los protagonistas de la fiesta. Patricia Santana, vecina de Teror, acudió a la romería de San Lorenzo por primera vez en la compañía de sus dos hijas pequeñas, Inés y Lucía, quienes no pararon de repetir lo bien que lo estaban pasando, rodeadas de otros chiquillos.
La decoración de esta carreta fue posible gracias a Santiago Falcón. Este manitas reutilizó los materiales del año pasado para hacer un gran molino de madera. «Aquella vez hicimos un pozo, ahora solo había que coger la base y añadirle las aspas, un capirote y volver a pintarlo», explicó este vecino.
Tras ellos, los vecinos de La Milagrosa traían en una austera carreta su ofrenda. En este caso, llevaron productos básicos de limpieza del hogar y alimentos no perecederos. «Somos poquitos pero tenemos que corresponderles, porque los de San Lorenzo van todos los años a nuestras fiestas y tiene que ser algo mutuo», reseñó Angelina González.
Casi una hora después, los romeros llegaron a las puertas de la parroquia del pueblo. La imagen del Santo salió del templo al grito «Viva San Lorenzo bendito» por parte del público. El replique de campanas duró casi una hora.
Pasadas las siete y media de la tarde los fieles empezaron a depositar sus ofrendas a la imagen. La burra Rosita fue la primera en pisar los adoquines de la plaza, con sus galletas y magdalenas. Tras ella, Beatriz Santana y su prima portaron un queso majorero de grandes dimensiones.
Al ritmo de Somos Costeros o del Dicen que te vas para La Gomera, las agrupaciones se fueron apelotonando en la calle 13 de septiembre antes de llegar al templo. Mientras, la rondalla Cruz del Ovejero interpretaba un pasodoble malagueño para amenizar la ofrenda. Entre los romeros mayores estaban Ana María Esteves y su tío, Carlos Suárez. Ambos son vecinos de Escaleritas, pero se sienten del barrio pues llevan muchos años poniendo su granito de arena.
Durante la noche el grupo de jóvenes músicos Aires Nuevos y los ya consagrados La Trova amenizaron la velada al público que se quedó en la plaza de la parroquia.
Fiestas de la ciudad
La romería sirvió de aperitivo a la semana grande de las fiestas de San Lorenzo. La diversión y el júbilo continúan el miércoles con la Gran Quema de fuegos artificiales. El colorido y la grandiosidad de palmeras y tracas volverán a iluminar, un año más, el cielo de Las Palmas de Gran Canaria. Miles personas se concentraron en el entorno del pueblo para celebrar una noche en familia, al calor de las brasas y la carne asada.
El espectáculo pirotécnico será la antesala del día grande del patrón del fuego. A las nueve de la mañana los hombres del campo exhibieran sus animales para intentar conseguir alguno de los premios que se repartirán en la Feria de Ganado. Al mediodía la imagen de San Lorenzo saldrá en procesión por las calles del barrio acompañado de la Banda de Música San Isidro de Cardones. Por la noche el pueblo elegirá a sus vecinos predilectos y a la Madre Mayor. En esta ocasión este homenaje lo recibirá Carmen Moreno Ojeda, una «madre coraje» que luchó muchos años por la vida de su hijo enfermo.
Las jornadas festivas empezaron el sábado de la semana pasada, con un pregón a cargo del cronista oficial de la capital grancanaria, Juan José Laforet, quien destacó los valores históricos del antiguo término municipal. Además, la gala se aprovechó para realizar un homenaje al 150 aniversario del cuerpo de bomberos de Las Palmas de Gran Canaria.
Hasta el próximo 15 de agosto los vecinos del barrio seguirán al pie del cañón. Verbenas, procesiones, conciertos, actividades para grandes y pequeños, e, incluso, la actuación de Pepe Benavente mañana por la noche.
Fuente: http://www.laprovincia.es/ – Adzubenam Villullas