POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

El último trimestre del año está marcado de acontecimientos transcendentales para la historia de España. Comenzamos las efemérides el día 31 de octubre en el que se cumplen los treinta y seis años de la aprobación por el Congreso y el Senado de la Constitución, obra de las Cortes Constituyentes, votada el 15 de junio de 1977, fecha ya lejana pero que trae a nuestra vieja memoria ritmos y sonidos muy variados.

Desde el momento de la aprobación de la Carga Magna, había que preparar a este pueblo tan manejado unas veces como ignorado otras tantas, para la gran fiesta, todo entre días de sol, los menos, nubarrones y borrascas, hasta llegar a ese 6 de diciembre, el señalado para el gran referéndum en el que el manejado pueblo y, por qué no decirlo, muy cansado diera el sí generoso, a pesar de las sombras en forma de dudas, de esos «no» rotundos a algunas partes. Pero la generosidad, tan mal considerada después, se impuso y a seguir con ese día 6 de diciembre como el clave en nuestra cronología histórica y después de ese gran éxito a esperar que las sombras se aclararen y la luz llegue a esos lugares, aspectos y mentes que llevan años esperando. Un esperar que se hace largo y pesado, acaso tan pesado como la gran parte de esos ciento sesenta y seis títulos de la que se llamó y se recibió como la luz salvadora, eterna duda y triste pesimismo que sigue pesando como una losa sobre la mente y los sentimientos y la pureza de intenciones de una buena parte de este pueblo tan sufrido como callado hasta que le llega la hora.

Un ciudadano, un voto, un cargo y una nómina, así de sencillas y claras deben ser las normas de todo tipo e índole sean del campo que sean y por supuesto partiendo de la propia Carta Magna huyendo de unos términos que pueden desdoblarse o interpretarse, no puede haber más que una lectura y una interpretación, seguimos esperando en este sentido y que llegue pronto.

Por último nos queda la última fecha la del 27 de diciembre, víspera de los Inocentes, fecha en que fue sancionada por su majestad el rey en las Cortes. Tres fechas que constituyen la clave de un cuarto de siglo de nuestra historia.

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