POR JOSÉ LUIS DE TOMÁS, CRONISTA OFICIAL DE MANISES (VALENCIA)

Junto a la Real Academia Española de la Lengua (RAE), existen otras veintiuna academias, que corresponden a otros tantos países donde se habla el español. Todos esos países conforman la Asociación de Academias de la Lengua Española.

La RAE fue fundada en el año 1713 por el octavo Marqués de Villena, D. Juan Manuel Fernández Pacheco. Tiene su razón social en Madrid, en la calle Felipe IV, muy cerca del Museo del Prado.

Entre las principales funciones de la RAE está la de velar por la limpieza del lenguaje, impidiendo que los malos usos destrocen la lengua de Cervantes. En nuestros días, esos malos usos fundamentalmente van asociados al lenguaje horroroso que se utiliza en los teléfonos móviles, iPads, WhatsApp, etc. Asimismo, maltratan el español las novedades en el habla que vienen impuestas desde el mundo de la política y de los medios de comunicación.

Nos vamos a ceñir tan solo a tres supuestos.

LA ARROBA (@) NO ES UNA LETRA.

Se ha puesto de moda utilizar la arroba informática (@) como recurso gráfico para así poder integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo. Pretenden de esta forma lograr que el signo informático incluya en su trazo las vocales a y o. De esa manera, al escribir “l@s niñ@s”, quieren referirse a “niños” y “niñas” a la vez.

El error es muy serio. Por una sencilla razón: la arroba (@) no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo.

Esta práctica da lugar a graves inconsistencias, como se ha dicho desde la RAE. Así ocurre con “Día del niñ@”. La contracción “del” solo es válida para el masculino niño: “Día del niño”. Pero sería incorrecta en femenino: “Día del niña”.

La RAE ha establecido que las lenguas evolucionan pero lo deben hacer por el uso popular, no con imposiciones políticas de arriba hacia abajo.

VIOLENCIA DE GÉNERO

Esta expresión, desde el punto de vista de la lengua, es una auténtica barbaridad. Y, pese a ello, se repite constantemente en los medios de comunicación, con una ligereza que sobrecoge.

“Violencia de género”. Digamos, de entrada, que el género es una propiedad de los nombres que tiene carácter inherente y produce efectos en la concordancia con los determinantes, adjetivos, etc. Pero no siempre está relacionada con el sexo biológico.

Las personas no tenemos género.

Las personas tenemos sexo.

De ahí que la expresión “Violencia de género” sea absolutamente incorrecta porque la violencia la cometen las personas, no las palabras.

En español se debe decir:

Violencia sexual o Violencia doméstica, como indica de forma reiterada la RAE.

ESPAÑOLES Y ESPAÑOLAS

La RAE también se ha referido al empleo de circunloquios y sustituciones inadecuadas. El señor Pérez Reverte aclaró bastante este concepto.

“Diputados y diputadas, electos y electas” es expresión incorrecta. Es suficiente con decir “Diputados electos”.

“Llevaré los niños y las niñas al colegio” también es expresión incorrecta. Debe decirse “Llevaré los niños al colegio”.

De pronto, todos repiten el femenino, tras el masculino. “Vascos y vascas”, “miembros y miembras” ¿O habrá que dirigirse en el Parlamento a señorías y señoríos?

El académico de la Lengua, D. Francisco Rodríguez Adrados, explicó que, junto al machismo, que subordina todo al ser macho, ha creado el hembrismo. Y han olvidado lo central, el ser hombre, en sus dos vertientes.

Tal parece que el mundo se reduce a sexo: ése es el lema de esta “moderna herejía”. Así se comprende el reflejo lingüístico.

Se vuelve a confundir género y sexo.

Una silla es femenino, pero no hembra.

Un sillón es masculino, pero no macho.

D. Darío Villanueva Prieto, Director de la R.A.E., recientemente concedió una entrevista en La Razón, en la que afirmaba: “Si se dice miembros y miembras, y se quiere ser coherente, a partir de ese momento un brazo es un miembro y una pierna es una miembra”. Y en otro orden de cosas, afirmó: “el diccionario de la RAE no será preso de la corrección política y pido un pacto de Estado para la educación.”

Digamos, finalmente, que hay 46 Academias de la Lengua que colaboran con la española, en el conjunto de la Comunidad Hispanoamericana.