POR MANUEL PELÁEZ DEL ROSAL, CRONISTA OFICIAL DE PRIEGO (CÓRDOBA)
El que fuera médico de Carlos V destinó parte de su hacienda a la fundación de un colegio de estudiantes pobres en Córdoba.
Con el nombre de Pedro López se conocen varios personajes que desarrollaron su ciclo vital en diferentes épocas y con distintos motivos.
El Dr. Pedro López (Anaut), fue un médico y político argentino (1876-1934) al que el Ayuntamiento de Buenos Aires le dedicó una arteria de su entramado urbano en 1989.
Otro galeno, Pedro López (Medina), natural de la villa palentina de Dueñas, ha pasado a la historia por haber fundado varios hospitales en la ciudad de Méjico, en la que murió en 1597.
Otro Pedro López, diputado regional, tiene dedicada una calle en la villa de Torre Pacheco, localidad murciana junto al paradisíaco y no menos contaminado Mar Menor.
También Córdoba tiene rotulada una vía (la antigua calle Carreteras) a Pedro López (Morales), riojano de nacimiento, afincado en Córdoba, y famoso empresario, banquero y político, que falleció en 1890 y en cuyo haber se contabiliza la construcción del Gran Teatro.
Pero no son ninguno de estos «pedroslópez», quienes han despertado nuestra curiosidad, sino otro Pedro López (de Alba), natural de la abulense Madrigal de las Altas Torres, fallecido en Córdoba en el año 1588.
De su etapa académica y profesional poco se sabe. Para el cronista Rey Díaz, que buceó en las actas municipales, aparece avecindado en Córdoba en el año 1567 -ignorándose el motivo, aunque sospechando lo fuera por consejo del Mtro. Juan de Ávila al que debía conocer de antiguo, desde que ambos fueran alumnos en las aulas salmantinas-.
Se sabe que estudió en la Universidad de Salamanca «donde corrió su carrera con grandes aplausos graduándose en física y medicina y recibiendo el grado de doctor, aventajándose a todos en lo asentado, prudente y bueno de sus curaciones»
.
Jubilado de sus ocupaciones habituales, había sido uno de los médicos del emperador Carlos V, lo que le había granjeado además la amistad y respeto de los grandes y principales varones de Castilla, y ya vecino de Córdoba, resolvió destinar parte de su hacienda a la fundación de un colegio de estudiantes pobres, actividad tutelar que ya ejercía en 1569 en su morada de la collación del Salvador y santo Domingo de Silos, en donde por aquellas fechas albergaba a religiosos del tardón (basilios).
Al decir del licenciado Andrés de Cazorla, jesuita natural de la villa de Priego, en la declaración testifical del proceso de beatificación de Juan de Ávila, al contestar la pregunta 22 del interrogatorio, declaró que el Dr. Pedro López, médico del Emperador, «partió desde Alemania hasta el Andalucía a ponerse en tan buenas manos como las del dicho Santo Maestro Juan de Ávila», lo que debió suceder cuando Carlos V abdicó de su cetro y volvió a España, hacia 1556. Y añade que fue el Santo Maestro quien aconsejó al Dr. Pedro López para que hiciese asiento en Córdoba y fundase un Colegio de estudiantes, del que el testigo fue uno de ellos.
Otro declarante, el licenciado Fernán Pérez de Torres, rector de la parroquia cordobesa de San Nicolás y San Eulogio, manifestó que el Padre Maestro Juan de Ávila aconsejó al Dr. Pedro López para que fundase el Colegio de la Asunción de Nuestra Señora «el qual ha sido de mucho provecho en toda España». En su información testifical dijo también que había leído en una carta escrita por Juan de Ávila a Pedro López que estando en Córdoba el P. Francisco Gómez, rector del Colegio de la Compañía, no hacía falta él (Juan de Ávila) para dar consejos.
La amistad entre Juan de Ávila y Pedro López debería venir de antiguo. ¿Llegaron a conocerse el Dr. Pedro López y el P. Juan de Ávila en Salamanca, antes del año 1517, o sería en la Universidad de Alcalá entre 1520 y 1526 en el supuesto de que el primero hubiere también cursado estudios en la primitiva universidad complutense?
La cuestión es una pura conjetura, pero la dejamos apuntada por el momento, a la espera de una investigación más exhaustiva.
La fama de nuestro personaje se debe, pues, a haber sido el fundador del celebérrimo Colegio de la Asunción, hoy Instituto Luis de Góngora y desde 2018 uno de los nominados diecisiete Institutos Históricos Educativos de Andalucía: «… Es mi voluntad -había dejado escrito Pedro López- que en esta ciudad haya un colegio de estudiantes pobres que estén y residan en él… y quiero que se llame de la Asunción de Nuestra Señora…».
El régimen jurídico de esta institución educativa cordobesa, que el propio fundador propició con las Constituciones con que la dotó, influenciadas sin duda por los estatutos del colegio salmantino en el que se albergara como estudiante, fueron a su vez modelo por el que se rigió el primitivo Colegio Santiago de Granada como consta paladinamente en un Memorial que el padre Francisco de Ribera, rector del Colegio de la Compañía de Jesús elevara al arzobispo de esta ciudad en 1644.
Razones más que suficientes para rotularle al abulense enraizado en Córdoba una de las nuevas travesías urbanas por descubrir y a la que se le llame calle, avenida o paseo del Dr. Pedro López de Alba. Es de justicia.. Real Academia de Córdoba. Entresacado este artículo de la página de Opinión del Diario de Córdoba, Hoy 12 de diciembre de 2020.
Fuente: https://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/calle-dr-pedro-lopez-alba_1401548.html
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