POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Este que veis, barbado blanco hasta las cejas, es el caballero andante de la Poesía económico-sentimental, José María Triper, amigo mío, con cuatro libros de poemas a la espalda del alma.
Amigo mío desde los inicios de la Agencia de Prensa Recopréss, la primera de difusión autonómica, allá por 1978-79, cuando vino a verme y a pedir trabajo, y al fin se quedó con la agencia y con mi puesto de director. ¡Tiempos aquellos, en los que todo era posible, como que un muchacho desgalichado y recién licenciado en Ciencias de la Información estuviera autorizado para entrar en el Palacio de San Jerónimo, con dos leones de frente, y tuteara a los diputados democráticos de la UCD de Adolfo Suárez.
Sois muy jóvenes y no sé si comprendéis toda la trascendencia de aquella osadía, la de Suárez y la de mi pupilo Triper, que contaba tarde a tarde lo que allí se discernía: la transición del franquismo a la libertad total de expresión, reunión y religión, más los avatares consuetudinarios de la rúa machadiana, sobre todo los que concernían a las antiguas provincias, desde el epicentro de la vida política, social y cultural que era Madrid. (Y que a pesar de las desmembración separatista lo sigue siendo, pese al Más o a sus acólitos adictos radicales). No se romperá la baraja de los pueblos de España; tenedlo por seguro. ¡España, qué bonita yes! Con sus paisajes tan diversos y espectaculares, con sus hombres y mujeres tan ingeniosos como laboriosos. Con sus soberbios monumentos del visigótico al románico, del gótico al renacimiento, del plasteresco al churrigueresco, del neoclásico al modernismo y etc, etc.
Triper baja hoy a Miraflores, desde su Segovia ancestral y findesemanal a sentar cátedra y a hacerse eco de la Asociación Mediambiental que dirige Lawrence Sudlov, un inglés sedimentado junto a Salomé en Soto del Real, con Paco Piedra, un madrileño todoterreno, y otros aguerridos batalladores pacíficos por la vida natural al aire libre, que me estáis escuchando.
“Montañas nevadas, corazón al viento, por entre jarales, retamas y espliegos; gencianas, pinares; enebros, helechos; ríos, valles, canchas; cimas, cotos, brezos…; la frente espaciada, pulmonado el pecho, los pies andarines y el corzo al acecho”…La Naturaleza…¡no hay mejor requiebro!
Pues digo que Triper, sobre periodista, es poeta de “Canciones para un recuerdo”, “Mientras muere la tarde”, “La noche de la espera” y, ahora, y en Sial otra vez, “Aunque sea solo”, un dietario corazonal que estará orgulloso de venderos y dedicaros. (Lo que no se compra, no se aprecia, porque no se sabe lo que vale)
Os leo unos trozos: (abrir el libro aquí).
Os dejo con mi hombre, que es el vuestro ahora mismo.