POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)

Vuela hoy la crónica a las noticias que el diario badojocense ‘Correo de la Mañana’, el 2 de marzo de 2017, facilita el corresponsal de Montijo, Dionisio Hidalgo Antonio, bajo el titular arriba escrito, relacionado con la enfermedad de la triquinosis. Vayamos al texto: “No se espante el lector que, después de todo, lo que dice el epígrafe de este suelto, es una cosa muy natural, y como tal, ni debe asombrar ni extrañar… Manuel Fernández, guarda agujas del ferrocarril, domiciliado en la Colonia, sacrificó no hace mucho, un cerdo, y a la matanza convidó a varios amigos y conocidos según es costumbre desde tiempo inmemorial. El cerdo tenía triquina (Esto se ha sabido, como es muy natural, después de ver que varias personas padecen dicha enfermedad parasitaria) Si no, ¡magras!

En ocasión que el distinguido y reputado médico de Mérida don Andrés Valverde, vino a Montijo a visitar a una enferma, vio en la estación de ferrocarril, donde habita el factor Juan Rodríguez Cavero, que éste presentaba los síntomas propios de la triquinosis: inflamación de los párpados, dolores musculares y del vientre y, sobre todo, cierto olor definido que da la fiebre de los triquinosos.

Noticiosas las autoridades de lo acaecido no vacilaron en cerciorarse de la verdad, recogiendo un lomo y embutidos del cerdo atacado para que los examinaran con el microscopio el reputado veterinario e inspector de carnes de esta villa. Sin embargo, las autoridades enviaron el mismo lomo y el mismo embutido al Laboratorio municipal de Badajoz y allí certificaron que “tanto el lomo como en el embutido existían triquinas”.

Fueron infectados, Juan Rodríguez Cavero, hermano de don Francisco Rodríguez Cavero, alcalde de esta villa; la niña Paca Vila, hija de Severino Vila; Manuel Fernández, su esposa y cuatro hijos; Gregorio Hernández y su señora Ramona Rodríguez. Todos ellos sufren los efectos de esta enfermedad”.

Cuatro días después de la noticia, el diario publicaba una nota en la que decía: “Salvando omisiones”, el señor Dionisio Hidalgo, autor de la información que hace unos algunos días publicamos, nos pide que subsanemos la omisión cometida conscientemente por nosotros, del nombre del veterinario Juan Antonio Guzmán, y asimismo su dictamen que, el lomo y los embutidos no tenían triquina; queda complacido el señor Hidalgo.

En ese mismo mes de marzo, el veintiuno, se daba cuenta de la petición de mano de la gentil y bella señorita Eulalia Ríos Gragera por el joven industrial, Antonio Agudo Conde. Entre otros anuncios que las páginas del diario Correo de la mañana, destacaba la máquina de escribir Smith Premier-10, como la mejor del mundo. Seguros Aurora, con un capital social de tres millones de pesetas. El Agua Peñagallo de Loeches (Madrid), de la que se decía quera mineral natural purgante. Y Nitrato de Sosa de Chile para los terrenos y cultivos.

NOTA. La Colonia Elías se situaba frente a la Estación Ferrocarril y la Electro Harinera (fundada el 1-I-1919), pues en esa fecha aún no se había construido el edificio. Se subastaron sus obras, el mes de julio de 1919 en ochenta mil pesetas, siendo presidente Juan Quintana. En la actualidad la Colonia Elías se localiza junto a la Bodega de Macario, que se muestra en la primera fotografía.