POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Hace diez años conté aquí que la parcela del antiguo HUCA quedaría sin contenido, a la intemperie los terrenos acotados por Clavería, Rodríguez Vigil, Belmonte, Belmunt, Flórez Estrada, Joaquín Villa y la avenida del Cristo, o sea, los terrenos marcados por el color de la mercromina; ¡ay!, pero en ese paradigma de la desinfección, donde nuestro Gobierno regional proyectó la ciudad de la Justicia y los otros dibujaron Versalles, en estos 235.000 metros cuadrados de incumplidas promesas preelectorales, la postilla se volvió llaga y en el rebautizado y vergonzoso parque de Truébano, como parece natural, anidan abejas que se inmolan con tal de clavar el aguijón, residen cucarachas peludas, moscas verdes, mariposas búho, mosquitos zancudos, pulgas de sangre caducada, piojos del pubis… ¿Qué esperamos para declarar Oviedo capital del insecto inmundo, de los timócratas y de la trola?
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